Miénteme, por favor

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Midoriya paso la noche abrazando a Bakugou, haciendo que estuviera mas tranquilo al menos ese día, ya no sabia que hacer, no sabía como controlar la situación por la que pasaba la persona que mas quería y apreciaba en estos momentos, ni siquiera siendo el simbolo de la paz podía salvar de la misera oscuridad el frágil corazón de aquel hombre que solía mostrarse como el mejor.

La noche pasó e Izuku despertó, separándose del abrazo con cuidado de no despertar al rubio a pesar de que este se aferraba a su camisa con algo de fuerza, haciendole soltar una sonrisa cálida, y acarició sus cabellos para así salir del cuarto con destino a la cocina, preparando el desayuno de ambos, pues hoy era uno de esos pocos días de los cuales tenía día libre en su empresa, por que si, aunque parezca algo soprendente, el junto con Shouto e Ingenium tenían empresa propia.

Pudo divisar una cabellera de color rubia ceniza asomarse por la puerta de la cocina, para luego pasarse a una de las sillas que tenía un plato en frente suyo, mirando de reojo al peliverde con esa mirada algo sumisa y desconfiada, como si intentara decirle "Esta bien que me siente aquí?", le dolía verlo así, habían marchitado tanto su orgullo. No tuvo tanto tiempo para pensar en eso cuando su celular sonó, haciendo que apagara la estufa y se retirara de la cocina, contestandole a el investigador que había hablado con Bakugou días antes, mientras este escuchaba la poca conversación que tenían, y cuando le vió volver supó que hoy no seria un buen dia.

-Kacchan, debemos ir a la comisaria, al parecer quieren hacerte más preguntas- La voz del peliverde se escuchaba cansada y frustrada, pues sabía que para su amigo era todo un reto tener que cargar con las cadenas de su tortura- No tenemos que ir si no quieres- Dijo intentando que el mayor no se sintiera presionado, pero lo unico que recibio fue una negativa con la cabeza.

-Izuku, esta bien, iré- Menciono el rubio sin muchos animos, viendo como el ajeno servía el desayuno, en donde siempre hubo silencio de parte de ambos, así era todos los días desde hace 6 meses.

Cuando ambos terminaron de comer, se arreglarón con sus respectivas ropas, y Bakugou subió al auto de Midoriya, sintiendo este arrancar hacía la comisaría, mientras el solo de dedicaba a mirar todo el exterior por la ventana, recordando cada noche el cual su cuerpo fue marcado, obligandolo a cerrar sus ojos con fuerzas para intentar alejar ese recordatorio de su memoria.

Después de algunos minutos llegarón, el rubio siempre apegado al menor ante la mirada de los demás, escuchando murmuros de parte de algunos, quizás el Bakugou de antes les hubiese callado la boca de una explosión, pero el actual estaba ya tan roto y tan marchito que no le quedaba nada de orgullo, y más aún con el cruel secreto que tendría que vivir toda su vida.

El investigador les guió a una habitación privada con un par de ventanas a los costados y una mesa con tres sillas, dos de un lado y una del otro, donde el mayor les hizo sentar a ambos ex-estudiantes de U.A, ambos se preguntaban por que estaban ahí y que era lo que pasaría... Oh pobre Bakugou, de haber sabido que vería de nuevo a aquel que le pudrío en vida, jamás hubiese tomado la desición de acompañar a Izuku a la delegación.

-Oh mi Baku~ Viniste a visitarme? -Escuchó aquella voz tan repugnante y pegajosa casi en su oído, viendo como aquel hombre de lentes y cicatrices en una de sus mejillas entraba con esposas, siendo reprimido por el investigador. Por su parte, Bakugou comenzó a temblar, negando de vez en cuando, haciendo que Izuku le abrazara para refugiarlo en su pecho- Oh mi Baku, no tienes por que asustarte, no recuerdas todos los momentos que vivimos juntos? -Preguntó con asquerosidad y con el simple hecho de hacer enojar al simbolo de la paz, y antes de que este le diera un puñetazo prosiguió- O es que necesitas que alguien te proteja a falta de quirk pequeña puta?

Izuku estaba en shock, mientras Bakugou abría sus ojos con lágrimas amenazando en salir, desafortunadamente, el investigador no podía hacer nada más que reprimirle su tono de voz. Bakugou no quería alejarse del pecho de Midoriya, pero se vió obligado a hacerlo cuando el peliverde le separó entre temblores, tomandolo de los hombros con sus ojos llorosos

-Kacchan... dime que es mentira... por favor miénteme... Miénteme por favor, Kacchan!! -Grito desesperado mientras le movía un poco, y por fin pudo ver las lágrimas del rubio, no necesitaba más.... Bakugou había perdido su quirk, no le importaba la razón, sentía rabia e impotencia, como heroe su deber era defender, no atacar, y así escucho a Bakugou lanzar un grito desgarrador, su orgullo, su dignidad, todo... Todo le había sido arrebatado por el simple capricho del placer que aquel hombre quiso conseguir, y ahora escuchaba sus carcajadas alejarse y las disculpas del investigador por aquello.

Abrazo a Bakugou con fuerza entre sollozos, casí le pedía al cielo a gritos que lo que le hubiese pasado al rubio le hubiese pasado a el, por que a pesar de lo que Kacchan hubiera hecho en su juventud, no justificaba todo lo que sufrió.


Oh pobre narciso marchito.


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