7."Ajustar la imaginación a la realidad"

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*Can't falling in love with you-- Elvis*

Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes
Some things are meant to be
Take my hand,
take my whole life too
For I can't help falling in love with you

[Como un río fluye seguramente al mar
Querida así es
Algunas cosas están destinadas a suceder
Toma mi mano
Toma mi vida entera también
Ya que no puedo evitar enamorarme de ti]


Estaba despierto, no sabía cuántas horas llevaba sin poder dormir, pero se sentía cansado. Zoro estaba cansado. Habían tenido un grandioso día y aún hací algo le atormentaba.

¿Qué pasaría después del viaje?

No se podía sacar esa pregunta de la mente, era obvio que el rubio se iría, pero Zoro no quería eso, quería seguir con el rubio siempre. Era extraño, pensar que la vida puede ser diferente si él se quedaba a su lado, era extraño anhelar estar alado de alguien cuando simplemente se alejó de todos, era extraño tener el deseo de vivir después de aquella noticia sobre su enfermedad.

Recargó con pesadez su frente en el volante. Estaban aún en la camioneta, eran cerca de las 4am, lugar y hora donde el peliverde, de forzada manera, empezó a reflexionar sobre su vida y deseos.

Deseos. Deseaba que ese viaje no acabara, deseaba que el rubio se quedara a su lado, deseaba... deseaba un impulso más para querer vivir y no esperar con paciencia la llegada de su muerte. Era ilógico como ese viaje le había obligado a ver su situación de forma diferente.

Tenía oportunidad de una vida sin la enfermedad. Si, hace menos de dos horas encontró un sitio en internet recomendando un hospital dedicado a todo tipo de enfermedad, incluyendo la suya. Quiso reír; cuando le dijeron la noticia habían aclarado que no tenía cura, y saber eso ahora, bueno, Zoro no sabía qué pensar.

-Si sigues pensando de esa manera vas a explotar- ese tono burlón lo hizo salir de sus agobios, y solo sonreír.

-¿No estabas dormido?- le preguntó al rubio, que todo el tiempo había estado dormido en el asiento del copiloto.

Habían parado en un gasolinera, decidieron no pagar un motel y quedarse ahí. A ninguno de los dos le importó.

-Piensas demasiado fuerte, que puedo escuchar tus pensamientos- los dos rieron.

Se quedaron así un rato, en silencio, escuchando la respiración del otro, simplemente esperando. Zoro vió al rubio hacer garabatos en las ventanas empañadas por el calor que emanaban. Sanji término haciendo una pequeña bola peludita, algo que Zoro identificó al instante.

-Mira Marimo, es un marimo bebé.

Negó con la cabeza divertido.

-No molestes molinillo.

Siguieron risas y una pequeña competencia de quién de los dos dibujaba mejor. Termino ganando el rubio, aunque ninguno paso de hacer dibujos con "bolitas y palitos".

Más tarde emprendieron su viaje, tal vez el último que harían. Zoro lo había considerado mucho, pero ya era tiempo de que el rubio regresará a su hogar, él también debía regresar, pero no encontraba una buena razón de volver, una buena razón de volver a su antigua vida, sufriendo y anhelando desaparecer. Zoro quería que fuera especial su último viaje con el rubio, y así sería.

Después de comer algo y terminar perdidos un rato, donde discutieron a más no poder, siguieron el recorrido a uno de los lugares más "cursis" que era dedicado a los enamorados. Los dos lo habían visto en un folleto, no querían ir a ese lugar por el concepto de "amor" en la publicación, pero creyeron que sería lindo pararse un rato a solo mirar las estrellas, algo que anhelaba el rubio hacer.

Con la contaminación no era lo mismo admirar el cielo nocturno en la ciudad. Los dos lo sabían bien. Además, sería una buena experiencia. La última experiencia que tendrían. Su último viaje. Su última oportunidad de definir aquellos sentimientos que lentamente crecieron en su interior.

Llegaron al lugar en el atardecer. Verían la puesta de sol, y el llegar de la noche. Que romántico, había pensado de manera sarcástica Zoro.

Se quedaron en una especie de colina, alejado de todos los turistas. Esperaban de forma paciente el asomo de las estrellas. Estaban recostado en una manta, observando distraídamente el cielo. El rubio estaba acostado en el brazo del peliverde, estaban juntos, deseando y anhelando que ese momento nunca acabara, queriendo disfrutar de la cercanía del otro.

Después de un rato, al fin, la primera estrella hizo su aparición en el extenso cielo, que poco después le seguirían una infinidad más de estrellas. Sonrieron al ver tan bello fenómeno nocturno. No podían describirlo, simplemente admirarlo y grabarlo en su memoria.

-Marimo, este es el momento donde me señalas las constelaciones- el rubio hizo mención de todas aquellas películas románticas donde la pareja ve el cielo estrellado, como si todo hombre conociera las constelaciones que la formaban.

-Acabo de encontrar una nueva constelación- contestó Zoro con voz burlona.

-Ilustrame.

-Ves ese espiral de haya- señaló distraídamente el cielo -la llamé "la constelación molinillo". Alégrate están en tu honor.

Rieron.

-Descuida Marimo, algún día tendrás una constelación a tu honor.

-¿Cómo la llamarías?

-Lechuga con patas.

Volvieron a reír.

-Solo, mira las estrellas- rompió Zoro el silencio que se había formado -son tan engreídas, brillando allá arriba y haciéndonos prestarles atención. Nadie puede ignorar su presencia. Son tan afortunadas, queriendo salir noche a noche para que las admiren.

-No son afortunadas- contestó el rubio, sin dejar de mirar aquel mar estrellado -se sienten solas, brillan para captar nuestra atención, desean con fervor estar cerca de otra estrella, queriendo brillar aún más. Pero están solas, lo único que las anima es que otros aún más lejos las admiren y las amen...

Era gracioso, hablar de estrellas y terminar deseando ser una estrella, no, más que eso, deseando ser la estrella del otro. Deseando brillar y que el otro lo admire, lo ame. El lugar, la charla, y la canción cursi que sonaba perdidamente desde la camioneta, era lo principal que los obligaron a hacer aquello.

Se miraron de frente. Zoro se posicionó encima del rubio, siendo hipnotizado de esos ojos azules, reflejando hermosamente las estrellas. No pudo resistirse. Ninguno de los dos se resistió. Zoro se acercó al rubio lentamente, esperando una señal de alto, una que nunca llegó. Su mirada viajó de los labios del rubio, hacia aquellos ojos que lo hipnotizaron. El contacto en sus labios no se hizo esperar. Un beso. Un roce cargado de sentimientos. Volvieron a besarse deseando llega a más, más lejos. Deseando que ese beso se convirtiera en algo más.

Sintiendo sus corazones gritar que aquello era... Amor.







E L . V I A J E . D E . M I . V I D A
¡  C O N T I G O  !

Z O R O X S A N J I

- A N N S O W I 8 0 -

El viaje de mi vida CONTIGO! [Zosan♥]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora