Introducción
"...no es que me quiera matar, sino que quiero morir..."
***
NamJoon caminaba bajo la lluvia, las gruesas gotas mojaban su vestimenta, NamJoon las veía como las lágrimas que nadie notaba en su rostro, como el llanto del cielo y así también, el mismo llanto doloroso que brotaba de sus labios cada noche en su habitación. Pero eso a nadie le importaba. Por lo demás ni a él mismo le importaba todo eso, desde hace mucho ya nada lo hacía, todo había cambiado desde la muerte de su madre.
Desde ese entonces ya no comía, no dormía, ni salía de su habitación cubierta de la penumbra y amargura de su, en ese entonces, frágil y desvalido ser, solo lloraba con una navaja en la mano, si, cortaba sus brazos, apenas eran cortes superficiales pero aun así, lo suficientemente dolorosos como para recordarle el hecho de estar vivo, el líquido rojizo que de sus extremidades brotaba le hizo sentir vivo, el alarido que de sus cuerdas vocales salía le hacía sentir vivo.
Y todo eso lo hizo sentir... bien.
El hecho de hacerse daño era un locura para otras personas, para él era una rutina, al sonar la campana de receso entrar al baño, sacar la navaja y comenzar una serie de cortes en su muñeca, brazos o piernas.
"El dolor es bueno"
Su objetivo siempre fue el suicidarse, pero se odiaba por la maldita fuerza de voluntad que tenía, al solo cortar un poco, luego dejar de hacerlo al creer que ya era suficiente.
Su hermana estaba enterada de todo lo que él hace, una vez llegó a tomar unas píldoras que casi lo matan, si no hubiese sido por ella ni siquiera hubiese sobrevivido. Era absurdo que hubiese arruinado totalmente sus planes de matarse. Ella mantuvo todo eso en secreto porque se lo había pedido, pero aun así era persistente, le había quitado las navajas y los medicamentos, los ocultó, pero de alguna manera había encontrado todo de nuevo y solo conservo la navaja para sus cortes matutinos y diarios.
"Si quieres hacer algo... hazlo bien o sino no hagas nada..."
Con el paso de los años, 4 específicamente, y la llegada de su cumpleaños número 17, las heridas se hicieron más grandes, tanto en su alma como en su cuerpo, en todo caso, casi nadie notaba la existencia de estas, es por ello que nunca fue capaz de dejar el vicio personal que tenía con cortarse.
"...Soy adicto a cortarme, el ver mi propia sangre es mi vicio y el abrirse mi piel mi adicción..."
***
Al llegar a su preparatoria, recordó la fachada que siempre tenía con sus "amigos" así que solo entro fingiendo la mejor de sus sonrisas.
"Me duele fingir, cuando por dentro el dolor consume mi alma"
***
Bueno, ¡Hola! Si lo sé, está algo triste este capítulo, lloré demasiado al escribirlo y lo admito, me duele el leer a Nam así (Aún si es ficción y yo fui quien escribió), espero y les guste, por favor lean mi historia, tal vez no esté tan bonita pero les prometo que con el paso de los capítulos va estar más interesante.
Los quiere.
*~Marisoll~*
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°~Dolor~° [JinNam]
De Todo"Tal vez el dolor sane mis heridas...-Susurró comenzando a enterrar la navaja en su brazo izquierdo, viendo como el líquido rojo brotaba excesivamente hasta llegar a manchar las sabanas de su cama en la que ya no podía dormir en paz. " "El dolor es...