Miré al doctor y me fui corriendo de allí, e iba a mi habitación cuando vi a Daryl que venía corriendo con mis cosas, muy oportuno porque quedaban diez minutos. Los cristales eran blindados y no sabíamos que hacer, empezaron a pegarle con el hacha pero no daba resultado, seguidamente recordé algo y miré en mi maleta.
-¡Esto es imposible, tío! –escuché la voz de Daryl desesperante-.
-Yo tengo una granada –dije sacándola de mi mochila- no sé si servirá pero…
-Podemos intentarlo –dijo Rick cogiendo la granada- ir corriendo y agacharos contra la pared ¡Ya!
Todos corrimos hasta la pared, Glenn se puso a mi lado y me miró sonriendo, supongo que notó mi cara de pánico.
Rick puso la bomba al lado del cristal y tiró de la anilla. Yo lo veía todo pasar muy rápido. Rick corriendo, tirándose, Daryl agarrándome la mano y apretándola, y un ruido extremadamente aterrador. Cuando me quise dar cuenta todos estaban corriendo hacia el agujero que se había abierto en el cristal y yo me límite a seguirles. Cogiendo mi mochila.
-Yo me quedo –dijo Andrea muy decidida-.
-¿¡Qué!? Andrea, sabes que Amy no querría esto –respondió Dale, yo no sabía quién era Amy- hazlo por ella.
-Lo estoy haciendo por ella, quiero irme dónde quiera que este y dejar de sufrir. Vete.
-Me quedo.
-¿Estás seguro Dale? –dijo Rick desde fuera-.
Yo estaba a unos diez metros ya pero me percaté de mis medicamentos se había quedado allí dentro y tenía que volver, mi vida posiblemente dependiera de esas pastillas. Tiré mi mochila con la mayor fuerza que tuve en dirección contraria a la CDC y me puse a correr como si no hubiese un mañana hacía ese edificio que apenas le quedaban dos minutos para volar por los aires.
-¡Ann! ¡Ann! ¿¡Dónde vas!? –escuchaba gritar la voz de Daryl- ¡Ann por favor vuelve!
Yo seguía corriendo hasta llegar al edificio y vi salir a Andrea y Dale.
-¡Corred! ¡Corred!
-Ann, no te quedes aquí, por favor –me rogó Dale-.
-¡Veteeeeee! –le grité mientras corría hacía los medicamentos-.
-¡Queda un minuto! –escuché al doctor-.
Cogí la mochila con medicamentos y corrí, corrí como si una manada de leones me persiguiese y cuando fui a saltar vi que Daryl corría hacía la CDC. Yo le hice una seña con la mano para que volviera con su maldita moto.
-¡Ann al suelo! –escuché la voz de Rick-.
Me tiré detrás de unos sacos que, supuse, estarían llenos de tierra y me tape los oídos. Todo pasó muy rápido, cuando me quise dar cuenta Daryl y Glenn estaban al lado mío y yo los oía muy lejos, supongo que por el ruido de la explosión.
-¡Ann! –Daryl me pasaba la mano por la cara-.
-Estoy bien –dije con un hilo de voz mientras me sacudía la cabeza-.
-¿¡Eres tonta!? ¡Estas cómo una maldita mierda! –me gritó- ¿¡En qué coño pensabas!? ¿¡Querías suicidarte o qué!? ¡Loca! ¡Estas totalmente locas!
-¡Vamos! –añadió Rick desde su coche- ¡Los caminantes no tardaran en venir!
Corrimos, Glenn se metió en la autocaravana y yo me fui con Daryl. No me dirigía la palabra ni me la dirigió en todo el rato. ¿Qué pasaba? ¿Qué mierda le importaba si me moría o no? Me conoció ayer.
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Cuando empiece el amanecer. (Daryl Dixon)
RomanceAnn, lucha contra una enfermedad y un mundo en el que todo se hace más y más complicado, pero en el cual, hay unas alas que la mantienen viva, que la salvan de todo. Daryl, un cazador al que le rompen los esquemas, todo a lo que se había negado en l...