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—¡Papá!— Llamo el menor sonriente.

—Menma no se si estés enterado que estoy ocupado— Menciono irónico, pues la fuerza de Naruto en aquel modo ermitaño era tanta que le costaba tanto seguirle el paso, si en un principio pudo, con el tiempo las fuerzas se perdían y parecía que el doncel solo estuviera esperando eso al ni siquiera esforzarse mucho.

— Apúrate— Exclamo.

Sasuke aparto al rubio de una, aunque esto no lo alejo ni un centímetro, solo había servido para librarse del él, Sasuke se movió con rapidez para encontrarse en la misma área que su hijo, el cual decía tener un plan.

—Pa' creo que papi me reconoce,  el no me hace daño, piensa, en primera ni siquiera me atacó con mi katana y ahora le acabo de dañar y el mismo podía matarme, pero no lo hizo, recuerdo los sellos del clan Uzumaki que papi me enseñó, puedo retenerlo un largo tiempo si no opone resistencia y si no es así yo no correré riesgo así que tu ve por Kanaye y yo me quedo aquí.

El Uchiha mayor asintió de manera rápida para luego correr hacia aquella presencia que sentía.

El doncel comenzaba apenas a correr hacia la misma dirección, aunque fue impedido rápidamente por el pequeño.

Kami no shoheki— Menciono al momento en el que toco el suelo. Una barrera de color amarilla rodeo a Naruto, que no pudo ocultar una pequeña sonrisa.

Menma veía el comportamiento de su padre, el cual solo miraba como su modo ermitaño acababa por segunda vez en el día, se encontraba parado en medio que aquella barrera de aproximadamente cinco por cinco metros. Comenzó a bajar la guardia cuando el rubio se sentó en el suelo y se tapo los ojos, como si deseara descansar de una vez por todas. Se altero cuando no se había dado cuenta de que el tiempo pasaba y su chakra que se moldeaba a ser una barrera se agotaba, sabia que el no le haría daño, pero necesitaba hacer el mas tiempo posible para terminar con aquella pesadilla.

Y paso.

No pudo mas y la barrera se desvaneció en su totalidad, y aun cuando creyó que el doncel retomaría su camino detrás de Sasuke, este no se movió, estaba aun acostado sobre el césped tapando sus ojos del sol que la tarde ofrecía, como si de verdad estuviera dormido.

Como lo había hecho antes, se acerco, comenzó a caminar alrededor de este el cual de una manera repentina le volteo a mirar, des-hechando su teoría de que estaba dormido, sin embargo al parecer el doncel le ignoro, tan fácil como que no le importaba o se mantenía de aquella manera para no atacar.

—Papi...— Llamo el varón.

No hubo respuesta, y tampoco movimiento.

—No tiene caso— Susurro decepcionado, para luego hacer de nueva cuenta la barrera aun algo débil, pero era algo.

Paso poco para cuando en doncel se pusiera de pie repentinamente, algo que noto el azabache y reforzó la barrera aumentando la cantidad de chakra, era un Uchiha Uzumaki y su chakra distaba demasiado de lo regular, Naruto noto esto y dio unos cuantos pasos hacia atrás, y corrió, levanto sus brazos y con sus puños rompió la barrera de dos golpes.

Menma jadeaba pues aquello le había resultado repentino, Naruto le miro y el pequeño temió porque su teoría fuese incierta y hubiese sido pura casualidad, pero no paso, en un parpadear de ojos su padre doncel le estaba protegiendo de un kunai que había sido lanzado a su dirección, Naruto después de haber protegido a su hijo coloco a este detrás de él, cubriéndole, y unos segundos después la espalda agrietada recibió mas kunais.

El azabache miro al rubio con sorpresa, pues aun siendo controlado se negaba a toda costa tanto a atacarlo como a dejar que alguien le hiciera daño.

Papi... las personas se lastiman entre si, ¿Algún día alguien me hará daño? Pregunto un temeroso Menma de ocho años.

El rubio dejo de colorear junto a su hijo para mirar el techo algo pensativo.

La gente se hace daño, y se destruye a si misma,  pero por eso no te preocupes, por que yo mi amor nunca te haría daño ni después de muerto.

El pequeño de ojos azules sonrió al recibir un beso en su frente, seguido de varios en el resto del rostro, luego de unos segundos de la misma manera se escucho el abrir y cerrar de la puerta de entrada.

Oigan, papá también quiere besos Dijo Sasuke con una sonrisa de lado.

Su padre doncel se puso de pie y le dio la bienvenida al mayor con un delicado beso en los labios, esto cambiando en cuando el azabache tomo control del beso convirtiéndolo en uno mas fogoso.

¡Ejem, estoy aquí! Casi grito el infante.

En ese momento Naruto se separo de Sasuke totalmente rojo.

Aquel recuerdo le hizo sonreír por inercia, ahora dándose cuenta de que el rubio lo miraba a los ojos, entonces desvió la mirada y suspiro para luego enderezarse.

—¿Hay alguien?-— Pregunto suavemente Menma.

—No, trampa— Fue lo único que pudo contestar con la voz temblorosa, como si se le dificultara.

Menma suspiro, y de poco en poco, tomo la mano ajena.

—Estas muy frío— Fue lo que dijo al darse cuenta de aquello.

—Si, tu calientito— Contesto tomando la mano de su hijo con firmeza, como si temiera que aquel momento se desvaneciera.


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Por otro lado Sasuke se encontraba enfrente de una decena de cuerpos sin vida, y al lado del moreno causante de todo por lo que estaba pasando. 

—Si me matas... aún así el jutsu se detendrá, el seguirá buscándote hasta matarte a ti y a su hijo

Sasuke no dudo ni un segundo cuando dio un gran corte en la yugular del tal Kanaye.

Tenia que ir a acabar con Naruto, Menma estaba equivocado.

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Naruto de la nada se sintió con libertad, de repente el lazo que le obligaba a ciertas cosas se había hecho tan débil que no dudo en recargar chakra natural para romperlo mas rápido.

—Papi...— Llamo Menma al ver a Naruto con los ojos cerrados por mas de cinco minutos.

No alcanzo a llamarle por segunda vez cuando el doncel volteo ahora con el iris azulado de nueva cuenta.

—Menma... ¡Mi amor!— Saludo Naruto abrazando al niño que le devolvió el abrazo de manera inmediata.

Menma se encogió en los brazos que había anhelado tanto tiempo, pues si hace unas horas había sido casi lo mismo esta vez lo podía abrazar con libertad, ahora estaba seguro de que su padre lo había logrado.

Padre e hijo se tiraron en el suelo sin dejar de abrazarse, rodaron y gritaron de alegría.

Por otro lado Sasuke apresuro el paso al escuchar gritos, ahora sabia que su hijo estaba en peligro y tenia que ayudarlo, sin embargo se topo con una escena totalmente diferente a la que había imaginado, sus dos amores rodaban por el suelo en un abrazo, ambos gritando como nenas.

Una hermosa escena.

—Naruto— llamo con alegría al saber que este había logrado librarse del jutsu por su cuenta, Kanaye estaba mal, y Menma estaba bien.

— ¡Sasuke!— Grito el rubio alzando un brazo al igual que su hijo para darle un lugar al mayor en el abrazo.

Este se acerco, y como si su vida dependiera de ello se aferro a los dos seres que mas amaba.



Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora