Capítulo 12

867 60 1
                                    

Despierto y el dolor de cabeza ya no es tan fuerte, pero no se ha ido completamente, ahora solo es un pequeño fastidio. Al parecer Alejandro me sedó porque estaba muy alterada y eso me hace más daño. Aunque quiera no puedo evitar alterarme, no es justo que pase esto ahora que conocí a Ezequiel y creo que él me gusta. Ahora que me doy cuenta que Xavier nunca me quiso y yo solo sentía cariño por él, no amor. Es completamente injusto. La vida es injusta.

—Despertaste —escucho la voz de Hazel a mi lado, ella se ve un poco cansada.

—¿Qué hora es? —pregunto y ella mira su celular.

—Es la 1:00 A.M. —dice y me sorprendo.

—El tiempo pasó muy rápido —ella niega.

—Tal vez sientas eso porque estabas inconsciente, pero para nosotros el tiempo pasó muy lento, ya necesitaba que despertaras —veo que ha llorado, sus ojos están rojos y un poco hinchados.

Me siento mal por hacerla sufrir, por hacer sufrir a todos.

—Lo siento —digo y ella acaricia mi mejilla.

—No fue tu culpa estar sedada —hago una mueca.

—Me siento muy cansada —ella asiente y sonríe triste.

—Es normal, primero estuviste inconsciente por 4 horas y después te sedaron por casi 8 horas, no estabas descansando por tu propia cuenta por eso te sientes así —acaricia mi cabello.

—¿Y mamá? —pregunto al no verla por aquí.

—En casa con los demás, estuvieron aquí mientras estabas inconsciente, incluso Marina vino a verte, todos estamos muy preocupados. Pero los hice irse a descansar, hoy yo te voy a cuidar —dice y yo la miro a los ojos.

—Tú también debes descansar Hazel —ella niega.

—Es más importante cuidar de mi hermanita pequeña, ya no tan pequeña —dice y sonrío.

—Gracias —le digo.

Ella es mi segunda mejor amiga, además, de ser mi hermana.

—¿Por qué? —pregunta curiosa.

—Por estar aquí conmigo cuidándome y ser la mejor hermana mayor que una chica podría tener, te amo hermana —a ella se le cristalizan los ojos y me abraza.

—Yo también te amo mucho pequeña —dice abrazándome y besa mi cabeza.

—Quiero contante algo, es sobre el chico del bar, lo volví a ver —ella me mira sorprendida.

—¿Qué?

—El día que llegué tarde a casa yo les omití una parte de la historia donde nos besamos, la única que lo sabe es Marina —ella me sigue mirando con sorpresa —El día que Issac me estaba
molestando yo hablaba con él y nos pusimos de acuerdo para vernos otra vez y conocernos.

—Nombre completo, edad, pasatiempo y que estudia —dice rápido y sonrío.

—Ezequiel Harrison, 26 años, hacer ejercicio y administración de empresas —respondo de la misma manera —Creo que me gusta, él es tan lindo, caballeroso y muy divertido.

Ella me mira fijamente a los ojos como tratando de descifrar algo; luego sonríe.

—Tu mirada lo dice todo, me hablas de él y esos ojitos hermosos tuyos brillan, no los había visto brillar tanto, creo que eso pasa solo cuando te gusta algo. Pero creo que este brillo es más intenso y especial —me sonrojo.

—Creo que fue amor a primera vista —le respondo sonrojada y ella sonríe.

—Me alegro que estés feliz por conocer a Ezequiel, espero que no te haga daño —mira la hora en su celular, hace una mueca —Ahora a dormir enamorada.

Me hace cosquillas y río. Besa mi frente y camina al sillón que se ve un poco incómodo.

—¿Por qué no duermes conmigo? —pregunto y ella suspira.

Creo que de alivio al saber que no dormirá allí en ese espacio tan incómodo.

Esta cama no es muy grande, pero cabemos las dos perfectamente, puesto que yo no soy muy gruesa que digamos, además soy pequeña de estatura. Le hago un espacio en la cama, ella se acuesta con cuidado y me abraza de la misma forma.

—Descansa pequeña —dice.

—Descansa hermana —respondo.

A los pocos minutos caigo en los brazos de mi querido Morfeo.

My last sigh (Mi último suspiro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora