Recuerdo cuando corríamos por el césped como si no hubiera un mañana. Estábamos tan locos pensando nuestro futuro, que se nos olvidó por completo que teníamos que vivir un presente. Comenzamos a soñar tan alto, que al despertar la realidad fue más cruda de lo normal.
Y así estamos... En ese va y ven. En querer estar dormidos creando nuestras propias fantasía, a estar despierto llenos de miedos e inseguridades. Pero que importa si al final el camino se vuelve mucho mejor cuando regresas a mi vida. Y aunque no estás en ella aún mantengo esa esperanza de que por la mañana me despertaré y tú estarás ahí. Diciéndome las cosas bonitas que tiene la vida desde el punto de vista mágico; que guardaba sus ojos.