A nuestra edad parecía ilógico que le prestamos más atención al alcohol que a nuestras propias vidas. Y es que cada vez que probamos una gota de esa extraña sustancia queremos más. Quizás nuestra vida está bastante pesada y solo ingerimos eso para calmar nuestras angustias para bajar nuestros problemas, quizás olvidarnos de todo un buen rato. Pero qué conseguíamos con eso. Aveces nisiquiera eso nos hace feliz. El alcohol solo es una parte de la vida en la que te sientes el más adulto. Contando tus problemas a todos y a la final terminar llorando porque no puede curar las heridas como algunos decían. Sin olvidar las resacas que te dejan con ganas de no volver a hacerlo, pero así es el alcohol puede ser tu mayor medicina, pero también tu mayor perdición. Está en ti decidir por ti y tu vida. Querer una vida aparentando que el alcohol es la solución o tan solo dejar se llevar por el.