Capítulo 3.

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Ha pasado un mes desde que entramos a clases y me he relacionado más con los chicos, Martha sigue siendo indiferente con Alejandro y éste ni se inmuta.

- Alej...- digo a modo de advertencia- quita. tu. mano. de. mi. pupitre.

- mmm déjame pensarlo... NO!

- La quitas por las buenas o por las malas.

- No es no, y qué me puede hacer una chica indefensa cómo tú?

- Creeme que mucho- le dice Eumar- yo mejor me voy la Figueroa cuando se enoja no es muy bonito.

- Eso quisiera verlo- dice Alej soltando una gran carcajada.

No cree que soy capaz de hacerle daño? se arrepentirá.

- Yo te lo advertí- es lo último que digo para agarrarle de la muñeca y empezar a girarla suavemente para que sienta más dolor.

- Ay! Ay! Ay! Sueltame Figue!

- Esto es para que veas que no soy una niña indefensa y la próxima vez que yo te diga que hagas algo lo haces.

- Pero si solo puse mi mano en la paleta del pupitre!!- exclama una vez está libre de mi agarre.

- Si y déjame decirte que tu mano no es muy chiquita que digamos y yo necesitaba escribir tranquilamente, te pedí pacientemente que hicieras tu mano aún lado y no lo hiciste, y creeme soy de esas que si no hacen las cosas que se dicen yo busco a hacerlas por mis propios medios- termino de decir y el me ve como si tuviera tres cabezas.

- Estas loca!

- No, no lo estoy simplemente así es mi forma de ser- me encojo de hombros- ahora... me podrías decir que es esto?

- ...

Una razón para vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora