A veces nuestra cabeza crea
sitios y criaturas. Historias que nunca son terminadas.
Personajes que quedan
encerrados y congelados de por vida en sus propios mundos por nuestra culpa.
Por culpa de su creador.
Por culpa del escritor.
~Relatos.
~Mi...
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Su hermoso cabello caía desde la cama hasta rozar el suelo cuan cascada dorada. Estaba a punto de dormirse cuando vio la figura de una niña pasar corriendo por el pasillo.
Sintió un escalofrío. ¿Qué acababa de ver?
Temerosa, apartó las sábanas blancas que le cubrían y se levantó de la cama para caminar hacia la puerta. Cuando se asomó, se topó con una mirada cristalina, casi trasparente. Se trataba de una niña paliducha, de pelo castaño y una piel que parecía de porcelana. Ella también se asomaba, escondida tras...¿tras de qué?
Sintió que su corazón se aceleraba, pues junto a su cuarto no había otra habitación ni ningún armario. De pronto, la niña misteriosa salió de lo que debía ser la pared de un salto y corrió hacia las profundidades del pasillo, riendo.
Hasta que no salió de su estancia, no se percató de que aquella niña acababa de abandonar un cuadro. Trató de emitir un "no", pero el temor se lo impidió. Los cuadros que decoraban aquel corredor habían sido abandonados y ahora sus protagonistas estaban en algún lugar de este...
Habían desaparecido en la oscuridad. Vidas infantiles eternamente congeladas, liberadas, corriendo hacia las profundidades del oscuro pasillo.
Se volvió hacia su habitación con la intención de escapar de aquello, pero se topó con un cuadro.
Un enorme cuadro en el que aguardaba una hermosa cama de sábanas blancas y aquel sueño de ser real.
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