A veces nuestra cabeza crea
sitios y criaturas. Historias que nunca son terminadas.
Personajes que quedan
encerrados y congelados de por vida en sus propios mundos por nuestra culpa.
Por culpa de su creador.
Por culpa del escritor.
~Relatos.
~Mi...
Vamos con una un poquito más larga!!! Wiiii :D No pienso deciros de qué va esta :) XD solo diré que está nublado y la chica va sola por la calle...
Hace mucho que no sacaba esta historia a relucir y me ha costado describir el momento de tal manera que puedieráis entender lo que ocurría, ya que en realidad se trata de una historia larga y esto solo es un pequeño fragmento.
Comencemos...
*frota las manos y ríe malévolamente*
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El viento sopla con fuerza y el cielo se ve cada vez más oscuro. Siente un escalofrío y se sube la cremallera de la chaqueta hasta la barbilla.
Se aproxima una tormenta y todavía le queda un buen rato andando de camino a casa, así que, por mucho que se esmere, la lluvia acabará por pillarla y eso le irrita. Algo de la lluvia le inquieta, siempre consigue evitarla, y pensar que no lo ha conseguido le enfada.
Maldice mentalmente la enorme distancia que separa el instituto de su hogar y se ajusta la cartera en el hombro antes de seguir caminando. Aquella caminata le resultaría menos complicada de no ser por el peso que carga.
Es por ese pensamiento que más que asustarse le resulta irónico sentir como algo tira de su mochila y esta se desprende de su hombro y cae al suelo.
Primero mira el objeto con asombro, que está tirado en el suelo. Luego levanta la vista y mira a un lado y a otro, buscando a algo o a alguien.
Nada.
Su respiración se ha acelerado y se da cuenta de que tiene la boca entreabierta y seca.
¿Será que está cansada?
-Está bien, Kylee- se susurra a sí misma.- Tranquila...
Y sin dejar de mirar a su al rededor, con el corazón en un puño, se pone de cuclillas lentamente para recoger sus cosas y alarga la mano, pero sus dedos solo se encuentran con el suelo frío.
¿Y su cartera? Estaba ahí hace un momento. Es imposible...
Ni siquiera es capaz de volver a ponerse en pie. Le tiembla todo el cuerpo y, a pesar del frío, este no es el culpable.
Hay algo de todo eso que le resulta familiar. Ese misterio, ese terror, esa angustia asfixiante, esa impotencia... Se siente observada, pero ella no ve a nadie y eso ya lo ha vivido. Pero, ¿cuando?
De pronto, un papel cae en el suelo ante ella, lentamente. Es un dibujo infantil. Y cuando ve lo que hay en él, cae en la cuenta. De repente lo recuerda todo y no quiere hacerlo.
Sus ojos se llenan de lágrimas, su mandíbula se tensa y algo en su pecho se encoje hasta tal punto que siente que no puede respirar.
-No...-le dice al dibujo.- Otra vez no.
Apretando los dientes, coge el papel, lo destroza rompiendolo en mil pedazos y tira los trozos por los aires con rabia.
Se levanta y se prepara para correr, pero algo le detiene...
-¿Por qué, Kylee?-le pregunta el niño con el ceño fruncido.
Cuando le ve quiere pellizcarse. Necesita saber si lo que ve es real. Preferiría que no lo fuera...
-Tú...-es lo único que es capaz de decir. Quiere preguntarle, asegurarse de que es él, pero también salir corriendo. -¿Por qué has crecido?¿Por qué estas más mayor, Kylee?
Solo puede llorar. Llorar y ahogarse con su propio aire. La angustia aumenta y no puede evitar retroceder. Quiere irse. Apartarse de él. Pero debe hacer algo.
-Tú ya no estas-consigue decirle al pequeño.
El gesto de la chica no le agrada y se acerca a ella de nuevo.
-¡Estoy aquí!
El grito es como una patada en el estómago. Las náuseas aumentan, todo a su alrededor parece dar vueltas.
-¡Estoy aquí, Kylee!¡Sigo aquí! -Por favor...-le suplica la muchacha retrocediendo más con los ojos inundados de lágrimas.- No puedo... -Dijiste "siempre", ¡firmaste! -Thomas... Por favor...
Los pasos le hacen caer y antes de desmayarse le ve de pie junto a ella, mirándola, con su pelo despeinado y la misma ropa quemada desde aquel día... Tantos años y su rostro infantil sigue igual, ya no tiene oportunidad de cambiar, de crecer. Ya no tiene vida. Son esas últimas palabras las que la llevan a la oscuridad.
Cuando Kylee despierte su dibujo volverá a estar en perfectas condiciones. Ella y su querido primo irán de la mano pintados con coloridas ceras bajo nubes y gotas de lluvia multicolores y su firma seguirá intacta bajo las palabras "para siempre".
