Salí de ahí antes de que mis lágrimas brotaran.No debía haber creído en brandon , seguía siendo el mismo mujeriego de siempre y siempre lo iba a ser.
Antes de llegar al semáforo para poder cruzar, mi celular comenzó a sonar, llamando la atención de todas las personas allí, esperando.
Apreté el verde sin ver quien llamaba y me acerque el celular a la oreja.
- ¿Quién habla?
- ______, ¿que no me tienes en tus contactos?- Cogí el teléfono sin ver.
- Pues soy yo lindura…
- Ah, Alex…. – dije desganada.
- ¿Qué pasa, muñeca?
- Pasa de todo…
- ¿Dónde estás?
- En el Starbucks en el…
- Te veo ahí entonces –interrumpió él.
- ¡No!(El muñeco pasó a verde y cruce.)
- Bueno, bueno, si no te apetece tomar café, te invito a cenar, tengo hambre y mamá no está en casa y es posible que queme la casa si es que me acerco a la estufa.
- Si, es lo más probable – reí-. Pero no me gustan los restaurantes elegantes a los que me llevas siempre que me invitas a cenar, Alex.
- Vale, ¿A dónde quieres ir?
- No sé.
- Ves ni siquiera lo sabes, anda a tu casa, ponte bonita y te recojo, ¡Y no estés así mujer!, no te puedo ver, pero podría jurar que tienes una cara de esas…
- Que pesado.
- Ya, ya, te recojo a las nueve.
- Okay.
- Te quiero, fea.
- Igual.
Colgué y guarde el celular en el bolso.Si lo sé, Alex era de lo mejor.Cuando llegue a casa, fui directo al cuarto de mamá.
- Llegue… -dije asomando la cabeza-. Mamá…
- ¿Si?
- ¿Te molestaría quedarte un rato más con Melanie?, Alex me invito a salir.
- Ve, tranquila… - mi madre me sonrío.
Corrí a mi habitación y escogí la ropa, no tenía necesidad de bañarme, pues lo había hecho pocas horas antes.Me vestí y me senté frente al tocador blanco.Me deje el pelo liso y luego me aplique el maquillaje. No era muy fan de este por lo que solo me ricé las pestañas y aplique el rímel.
Luego el Gloss con destellos.Me mire al espejo una vez más y sonreí. Tome el bolso de mano que me había regalado mamá, uno que nunca había usado, pues no se había presentado la ocasión.En el eche el celular, llaves de la casa y algo de dinero.
Cuando fueron las nueve con doce escuche el carro de Alex afuera.Salí y le sonreí.
- Llegas doce minutos tarde.
- Me conoces, sabes que nunca llego puntual –rio-. Te ves bien.
- No traes un esmoquin pero aun así igual luces bien.
- Ya, ya, sube antes de que me arrepienta........