"No jodas, ¿te gusta Miriam?" Carl no se lo podia creer tras escuchar la confesión de su amigo. "¿¡En serio?!"
"¡Ya te lo he dicho!" Susurró él mirando a los lados temiendo de que hubiera alguien ahí.
"Pero, ¿cómo te iba a gustar Miriam?"Carl seguía impresionado.
"¿Qué? ¿Tan extraño es?" Rubén estaba un poco incómodo ante la situación.
"Hum...no, pero esque..."soltó una risilla.
"¿¡De que te ríes!?"
"Bueno, creo que tu también lo sabes... Si quieres salir con ella tendrás que beber un poco más de leche..."
Rubén suspira. Carl tiene razón. Miriam le sacaba una cabeza. ¿Podria eso afectar a la relación?
"Ya, ya."
"Mira que enamorarte de tu mejor amiga..."Carl le mira con sarcasmo.
"Es normal. Somos amigos de toda la vida. La conozco hace 6 años. ¿Algo en cuanto a esto?"
"Cállate."
Hacía un poco más fresco al atardecer. El sol se escondía entre las nubes.
"¿Cuándo se lo vas a decir?" Carl se baja de un salto de la rama en el que estaba sentado y mira a Rubén.
"No lo sé. Quizá cuando tenga el valor suficiente." Respondió él haciendo lo mismo.
"O sea, NUNCA." Se burló Carl.
"Si sigues así animándome, sí." Le contestó Rubén dirigiéndose a su casa. "Venga, bro."
"Dulce sueños, pequenín. ¡Que sueñes con Miriam!"
"Capullo" esboza una sonrisa y entra en casa.
"¿¡Cómo que nos mudamos!?"
"Que sí, hija. Tu padre el muy cabrón nos ha abandonado. ¡No tenemos casi nada aquí!" Explicó la madre.
"¿Asi que nos vamos a la otra ciudad?" Preguntó Elena, la hermana de Miriam.
"SÍ. "
"Jo, mamá..." se quejó Miriam.
"Lo siento, no podemos seguir así." Dijo cortando la lechuga. "Voy a prepararos la cena y os vais a la cama. "
"¿Cuándo nos vamos?" Preguntó Miriam preocupada.
"Mañana por la noche. Faltaréis a clase para preparar las maletas. Ya se lo he comunicado a vuestra tutora."
"No me gusta la lechuga." Intervino Elena mirando con desprecio a la lechuga.
"¿No podríamos irnos un poco más tarde?" Suplicó Miriam ignorando los pucheros de su hermana.
"Ya compré los billetes para mañana, cariño. No se puede hacer nada."
"No me gusta la lechuga." Repitió Elena negando con la cabeza.
"Pero, mamá..."
"¡IROS A VUESTRA HABITACIÓN HASTA QUE OS LLAME PARA CENAR!" Ordenó la madre furiosa.
"No me gusta la lechuga." Elena subió las escaleras, seguida de Miriam, destrozada.
《Miriam, me gustaste desde el principio. Te quiero.》
¿Ridículo?
Bastante. Para tener 10 años parecía uno de 7. ¿Por qué era tan bajo?《Miriam, eres muy guapa y alegre. Me enamoraste con tu sonrisa.》
Tampoco.
Sonaba sacada de internet. ¿Probaba con otra más original? Rubén suspira por trigésima vez. ¿Era tan difícil decirlo?《Miriam, me gustas mucho.》
Sería lo mejor. Lo primero aue se le venga a la cabeza. Lentamente, se tumba en la cama. Y cerrando los ojos, piensa en ella.《No puede ser.》Pensó al oír la noticia.
"Oye, chaval." Carl se le acercó. Le atrajo un poco mas fuera del grupo. "Tú tienes que declararte ya."
"¿Estás loco?"
"¿Quieres que se vaya sin saber lo que sientes por ella?" Carl no tenía pinta de estar bromeando.
"No, pero..."
"Hazlo. Es lo mejor. Lo tiene que saber. ¿Cuándo se va?"
"Esta noche, pero... "
"Pues antes de esta noche quiero que se lo digas o será demasiado tarde. Te arrepentirás, te lo digo yo."
"Carl". Apartó su mano de su hombro. "Ya sé que lo haces por mí, pero necesito pensarlo."
"¿Pensar el qué? ¡La vas a perder y tú a pensar!"
"Carl. Por favor, dame tiempo. No lo entiendes." Salió corriendo. Carl volvió al grupo.
"Eh." Le llamó Miriam. "¿A dónde se ha ido Rubén?
Carl sonrió.
"A hacer una cosa muy importante."
Miriam, Miriam, Miriam... ¿Desde cuándo había sentido algo por ella? Se iba a ir. Esta noche. Y él necesita expresar sus sentimientos. ¿Y si le rechazaba? ¿O se reía?
¿Qué podía hacer?
Pasó por delante de una joyeria y vió una pulsera muy bonita. Era una oferta de 2x1. Se le ocurrió una idea.
Entró en la tienda.Estación 6, andén 2. Todos los amigos y familiares de Miriam estaban despidiéndose de ella y su familia. Alguno hasta derramó alguna lágrima que otra.
"¿Dónde está Rubén? ¿Va a venir o qué?" Preguntó Miriam a Carl.
El tren partía dentro de unos minutos. Las maletas ya estaban dentro. Sin rastro de Rubén.
"No sé. Pero vendrá, te lo aseguro." Respondió nervioso Carl, mirando a los dos lados.
《¿Dónde te has metido, enano?》
Pasaron dos minutos y nada. Miriam suspiró.
"Bueno, pues dile de mi parte que..."
"¡Miriam!" Oyó una voz conocida y se giró.
Rubén había llegado jadeando y cansado. Caminó hacia Miriam y abrió un paquete. Era una pulsera de plata. Miriam estaba impresionada. Carl estaba orgulloso. Los demás estaban conmovidos.
"Toma, es una pulsera de recuerdo." Enseño la qud tenía en la muñeca. " Si algún día nos volvemos a encontrar, nos iddntificaremos con esta pulsera."
Se lo puso en la muñeca de Miriam. El tren pitó una vez. Quedaba poco tiempo.
"Has sido un buen amigo desde que te conocí. Te has portado muy bien conmigo y me has protegido con tu corazón." Dijo Miriam con ojos llorosos. Le abrazó.
Rubén aceptó el abrazo.
"No te olvidaré" susurró él."Yo tampoco " dijo ella.
Carl miraba a Rubén fijamente. ¿A qué esperaba?
"Cuando te encuentre otro día, te confesaré algo muy importante." Dijo Rubén.
Miriam lo miró intrigada, pero sonrió.
"Esperaré a ese día, Rubén."
El tren dió otro pitido en señal a que iban a partir. Miriam los miró de nuevo a todos y subió al tren.
Se despidió con la mano y los demás la correspondieron.
Rubén la miraba con pena. ¿Cuándo será ese día?
Carl le dió una colleja y le susurró:
"No estuvo mal, peque, pero esperaba más.""Paciencia." Sonrió él devolviéndole la colleja.
En el tren, Miriam y su familia partían a la ciudad de al lado. Miriam apretó con fuerza la muñeca que llevaba la pulsera y miró a fuera.
《ALGÚN DÍA》 pensó.
- - - - Continuará- - - -
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LA PROMESA .
RomanceMiriam y Rubén son dos amigos de la infancia. Su amistad les unia mediante un lazo muy fuerte. Rubén era muy bajito y le gustaba Miriam. Cuando se le declaro, Miriam tenia que mudarse a otra ciudad. Hicieron una promesa para encontrarse el uno al o...