Ya pasaron 6 años desde que Miriam y su familia se mudaron a la ciudad de al lado.
Miriam echaba de menos a todos sus amigos. ¿Qué habrá sido de ellos? Sobre todo Rubén, todavía conservaba su pulsera. Fue un detalle tan bonito...
Ojalá pudiera verle de nuevo. Los echaba mucho de menos.------------------ ---------------------
Rubén había crecido. Sí, bastante. Lo suficiente como para ser el novio de Miriam. ¿Cómo sería ahora? Deseaba que tuviera la pulsera que le había regalado. ¡Ha llegado la hora!
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"¿Habéis preparado todo? ¿La maleta? ¿No os olvidáis de nada? ¡Luego ni se os ocurra llamarme con que os lleve los calcetines a la otra punta!"
"Mamá... Confía en nosotros, ¿vale? Ya no somos tan infantiles, somos mayores, tenemos 16 años." Replicó Carl mientras se abrochaba el abrigo hasta la barbilla.
"Bueno, tampoco es que os vea así..."
"Mira, cuando llegue..." el tren pitó. "...Te llamaré y no te preocupes porque Rubén alquiló una casa ahí."
"¡¡Carl, tu maleta pesa mucho!!" Gritó Rubén desde el tren.
"Cuidaros mucho. Sé que Rubén es un gran chico." Dijo la madre abrazando a su hijo.
"¿Y yo qué?" Gruñó Carl.
"Venga, hijo." Le sonrió.
Éste le devolvió la sonrisa y subió al tren. Ayudó a Rubén llevar su maleta hasta su compartimento. Una vez alli, los dos se desplomaron en los asientos.
"Buf. ¿Qué llevas en esa maleta, chaval?" Se burló Rubén con la respiración entrecortada.
"Piedras." Respondió con sarcasmo.
"Pues no creo que sea solo eso..."
Carl le miró de arriba a abajo. Había pegado un cambiazo, sí. Estaba seguro de que si Miriam estuviera aquí, se enamoraría de él. Y pensar que antes era un enano...
"¿Qué miras?"
"Nada. Te inspeccionaba."
"Ah, pensé que eras gay."
"Idiota. ¿Tú crees que si soy eso ahora estaría contigo?" Carl arqueó una ceja.
"No sé. Solo sé que me he vuelto bueno." Se rió el otro.
"Ja ja. Ya, todos lo dicen. Hasta las madres. Pero, ¿y yo qué? ¿Soy invisible? ¿Por qué nadie me dice nada?" Se quejó Carl.
"No es eso. Esque no has cambiado nada."
"Bueno. Dejemos el tema."
Hubo un silencio entre los dos. Les esperaba un viaje de tres horas.
"¿Por qué quieres viajar allí?" Carl rompió el hielo.
Rubén lo miró.
"¿Que por qué? Porque quiero a Miriam. La quiero. ¿No te lo dije?"
"Sí, pero ¿y si cambió? ¿Y si se volvió fea?"
"Muy gracioso. Yo no me he fijado en su físico, sino en su personalidad. ¿Entiendes, bro?"
"Hum..."
"Sé que es difícil encontrarla, pero me arriesgaré. No me importa. Tú si quieres, puedes volver."
"No, no."
No hablaron durante el resto del trayecto. Cuando llegaron, ya atardecía. Fueron a su piso y llevaron las maletas hasta la habitación 542.
"Bueeeeeno. Aquí estamos." Gritó Carl entrando a la habitación doble y tumbándose en una cama. "Me pido ésta."
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LA PROMESA .
RomanceMiriam y Rubén son dos amigos de la infancia. Su amistad les unia mediante un lazo muy fuerte. Rubén era muy bajito y le gustaba Miriam. Cuando se le declaro, Miriam tenia que mudarse a otra ciudad. Hicieron una promesa para encontrarse el uno al o...