3K 420 319
                                    

Omnisciente.

Tarde, el de pelos bicolores iba demasiado tarde a sus clases ya que tuvo problemas para dormir la noche anterior sólo pensando en una cosa y eso era;

Akaashi Keiji.

¿Cómo lo haría para lograr establecer una conversación normal con ese chico?

Cada vez que lo veía en la florería o universidad su rostro empezaba a ponerse rojo, sudaba por los nervios y le costaba hasta caminar.

Llegó a la universidad atrasado, gracias a Dios que el profesor no había llegado al salón, agotado se sentó al lado de Kuroo, uno de sus mejores amigos, y éste lo miró con una sonrisita traviesa, típica de él.

— ¿Qué te pasó, Bro? —le preguntó, su mirada le decía al contrario que la respuesta ya la sabía, sin embargo quería escucharle de su propia boca.

Bokuto suspiró pesadamente.

— Me quedé dormido. —respondió mientras apoyaba su cabeza en el hombro del contrario.

El de pelos negros no tuvo más remedio que darle un leve golpe en su cabeza.

— ¿Akaashi Keiji? —cuestionó entre una quisquillosa risa. Bokuto lo miró con los ojos bien abiertos y asintió.  — Te dije, si quieres y le hablo por-...

Y así quedó Kuroo, hipnotizado por el chico rubio que venía entrando al aula de clases, bueno Bokuto también quedó de la misma manera al ver que entró su-chico-de-sueños, pero a los segundos se escondió con su mochila. El pelinegro al notar eso sonrió con malicia y procedió a hablar. Era una excelente oportunidad para molestar a su bro.

— ¡Tsukki, Keiji, vengan y siéntense aquí! —les gritó y así el joven que se escondía salió por fin de su gran escondite y elevó su cabeza hasta los chicos que se acercaban, se puso muy rojo. — ¡Aquí hay lugares disponibles para dos! —Kuroo apuntó a los asientos disponibles enfrente de ellos.

Bokuto quiso golpear a uno de sus mejores amigos por primera vez en su vida.

—Hey... ¡B-Bro! —le murmuró Bokuto apurado porque los chicos ya se acercaban a ellos.— Tú sabes lo qué siento por Akaashi... ¡No es justo que lo invites aquí!

— ¿En serio, Bro? —Kuroo dijo decepcionado. — Lo hago para que puedan tener una conversación normal, deberías agradecer en vez de ser así.

Bokuto hizo un puchero e intentó sonreír como siempre.

~ …💜…~


— Tu oportunidad. —le dijo de una manera seca el rubio al más bajo.

— Puede ser... Pero míralo, es hermoso.

Tsukishima no pudo evitar rodar los ojos. A veces le fastidiaba la actitud de su amigo, siempre le tiraba flores al joven.

— Mierda, Keiji eres muuuy gay. —Kei se burló mientras arreglaba sus gafas.

— Hey.—le dio un leve golpe al de lentes en el hombro haciendo que soltara un falso chillido de dolor.

Akaashi no podía sentir más vergüenza, el chico que le gustaba estaba sonriendo como si nada, al parecer no le importaba su presencia ahí.
Caminaron hasta los lugares que su amigo pelinegro -Kuroo- les había indicado y sin más preámbulos se sentaron.

— Tsukishima, ¿Tienes una goma? —Keiji le preguntó a su amigo que por suerte se había sentando a su lado para no dejarlo morir por culpa de sus nervios, sentía una intensa mirada del de ojos dorados sobre su nuca.  ¿Y si a Bokuto le había molestado su presencia?

Kuroo ya molesto por la situación suspiró y tocó el cuello de Tsukishima con la punta de su lápiz, este otro sólo lo miró con su típica cara de pocos amigos, junto a sus pómulos ardiendo, Kuroo lo encontró adorable.

— Hmmm.~ Bokuto, ¿Por qué miras tanto a Keiji? ¿Por qué no le hablas y ya? Se nota que quieres eso, ¿Cierto, Bro? —ambos chicos mencionados se ruborizaron hasta los pies, Akaashi se giró al igual que Tsukishima, viendo fijamente a Kuroo y luego a Bokuto, quien lo miraba tan bobamente, hasta en Australia se darían cuenta que el jovencito Koutaro estaba ya bajo los encantos de Akaashi Keiji.

— Bueno...—musitó Bokuto y luego sonrió como siempre lo hacia. Akaashi pensó que era hermoso, nuevamente. — ¡La verdad es que sí quiero hablar con A-Akaashi ya que parece una persona interesante y muy genial, además sólo hemos hablado pocas veces de lo que recuerdo! —exclamó todo nervioso, le sudaban las manos, pero en ningún momento despegó su mirada del chico que quería.

Akaashi quedó perplejo ante las palabras del contrario, habían llegado a mover como loco a su corazón, juró que estaba en una carrera de caballos y desafortunadamente iba perdiendo por culpa de algo que llaman "amor".

Para la suerte de todos los chicos del salón el profesor encargado de la clase había faltado, entonces podrían repasar lo de la clase anterior, pero nadie lo estaba haciendo, sólo conversando entre ellos.
Al igual que los cuatro chicos, aunque Tsukishima y Kuroo sólo tocaban el violín.

— Tsukki, ¿serías tan amable y me acompañas al baño? —de una manera no tan coqueta le guiñó el ojo. Instantáneamente el de lentes supo a lo que se refería. Aunque no pudo evitar que sus mejillas tiñesen de un color rosa.

— Vamos. Después de todo no puedo dejar que te mueras por perderte dentro de la universidad, idiota. —ambos chicos se pararon dejando al par de bobos solos. Así nadie los molestaría y por primera vez en su vida tendrían su conversación que tanto anhelaban.

— Eh. Bokuto-san, ¿Así está bien que te llame o prefieres que use ''Bokuto-senpai''?  —Keiji no podía estar más avergonzado.

— ¡Puedes decirme Bokuto, sólo Bokuto! ¡Pero no me llames "sólo Bokuto"! —hizo énfasis en sus últimas palabras, para luego sonreírle de oreja a oreja al decir su apellido tan amistosamente.— Bokuto Koutaro a tus servicios, Akaashi Keiji, ¿Verdad?

El ambiente entre ambos se llenaron de risas, obviamente todas eran por parte de Bokuto, el que hablaba y hablaba sin detenerse en un momento. Keiji, por alguna razón, recordó al joven de las dichosas cartas, el que le escribía infinidades, las cuales apreciaba en lo profundo de su corazón.

"Puede que Bokuto-san sea..." 

No, era imposible.


.
.
.
.
.
.
.
.
.

N/a; hola estoy editando estoy, lol.

Cartas a un florista. [BokuAkaa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora