Sueños (pt. 2)

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Luz

Me encontraba en un bosque hermoso. Me acerque a una pequeña laguna que se encontraba por ahí. Mi atuendo era completamente diferente al que se supone que debía tener. Mi uniforme escolar era reemplazado por un vestido tan blanco como la nieve de mangas largas hechas por una tela amalla, el vestido me quedaba dos centímetros por sobre la rodilla, y mis pies eran cobijados por unas hermosas sandalias del mismo color. El atuendo era simplemente hermoso.

-Es hermoso, ¿No?-Dijo alguien tras de mí.

Me voltee y me encontre con un chico. Él tenía el cabello castaño claro, casi rubio, unos ojos tan azules como el océano que demostraban inocencia, y una tez clara. Su rostro era hermoso, era perfecto, casi angelical. Traía puesto unos jeans azules, una camiseta blanca y traía los pies descalzos.

-¿Quién eres?-Pregunte.

Él me miro confundido.

-Uh. ¿No lo sabes?-Pregunto.

-¿Quién eres?-Volví a preguntar esta vez más segura.

-Soy Gabe.-Me sonríe. Con esas sonrisas que hacen que te derritas.

-Gabe.-Susurre.

Su nombre me era conocido. Él me miro sonriendo ampliamente. Su sonrisa era hermosa.

- Yo soy tú ángel guardián.

Okey. Creo que estoy soñando.

-¿Qué?-Pregunto confundida y un poco embobada.

-Soy tu ángel guardián. Te cuido desde que eras una bebe.

Me mira con un atisbo de nostalgia y alegría oculta tras sus hermosos orbes azules.

- Jugábamos juntos hasta que cumpliste cinco años, no puedo creer que me hayas olvidado.-Dice con reproche, mientras se sienta en el frío pasto y me jala junto a él.-No deberías de estar aquí, no aún.

Lo observo confundida, y él me mira con ternura.

- Aunque me alegra que estés aquí nuevamente, podemos hablar sin que te consideren una loca.-Ríe. Tiene una risa hermosa.

Me mira curioso y avergonzado.

-Luz, ¿Tu...Tu no crees que yo soy un afeminado, verdad?-Traga saliva nervioso.- Ya sabes por mi cara o mi...apariencia.

-¿Uh? No, no lo creo, digo no pareces afeminado. Eres lindo, como angelical o algo así.-Digo avergonzada.

Los ojos de Gabe se iluminaron ante mi respuesta, y su sonrisa se amplio.

-¿Dónde estamos?-Le pregunto. Este sueño se siente muy real.

-En nuestro jardín secreto.- Respondió aún sonriendo-. ¿No pudiste reconocerlo, verdad?

Niego con la cabeza confundida.

- Es comprensible, no has estado aquí desde los cinco años.-Ya veo. De seguro él debe ser un amigo imaginario que invente cuando pequeña.- He extrañado mucho poder hablar contigo libremente.

-¿Hablar?-Pregunte.

-Sip.

-¿De qué?

-No lo sé, tú eras la que inventaba las conversaciones, a veces decías cosas sobre arcoíris, ponis, o libros. Me encantaba escucharte hablar y ver como se iluminaba tu mirada.-Me miro por unos momentos.- Solo para aclarar, no soy un "amigo imaginario", yo soy real.

Mi angel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora