Capítulo 2: Un choque de energía

680 61 61
                                    



¿Alguna vez habéis sentido como si algo que hubierais olvidado, un olor, una imagen o simplemente, un gesto, volviera a vosotros como un choque de energía?, un choque que te estremece, pero a la vez te hace sentir viva de nuevo, como si esa sensación las necesitaras para ver los colores del mundo. Necesitaba sentirme así, tener la sensación de hacer algo grande, de dejar de ser una chica normal de 18 años encerrada en un mundo que no entendía y que para nada me correspondía.

Aquella mirada estaba cargada de reconocimiento, de entendimiento, como si él sintiera lo mismo que yo, como si él también buscara un cambio de rumbo que lo hiciera sentir vivo.

Por fin sentí que no estaba sola y que esa sensación no solo la tenía yo.

Su mirada insistente se clavaba como un puñal, pero aliviaba cual bálsamo, como si lo estuviera esperando todo este tiempo y supiera que hoy era el día en que se iba a poner en mi camino. Yo no veía una mirada, veía mi camino, que por fin se abría ante mí.

Pero como una brisa de primavera, aquel chico desapareció sin dejar rastro. Yo sabía que me estaba buscando, yo lo sentí y también sentí que no iba a ser la primera vez que lo viese.

No sabía cuándo, ni el motivo, pero sabía que él formaría parte de mi aburrida vida.

El día transcurría como otro cualquiera con sus respectivas pausas para poder leer, pero me sentía intranquila y no me podía concentrar. Aquel chico me desestabilizó, y lo que más me dejó desconcertada era como desapareció, como si se hubiese esfumado ayudado por el viento.

Quizás lo soñé. Puede que de tanto leer libros estoy haciendo que vivan en la realidad sus personajes. La verdad, creo que sería bastante divertido.

Sé que si alguien me viese hablar sola me meterían en un psiquiátrico, pero si no tengo amigos con alguien tendré que hablar, y no confío en nadie mejor que en mi misma.

Cuando el timbre anunciaba el fin de clases suspiré aliviada pensando en el día extraño que tuve hoy, y me di prisa para recoger todas mis cosas e irme a casa.

Necesitaba arroparme en mis mantas y evadirme del mundo exterior, demasiada gente desconocida y demasiadas emociones.

Quizás no debería de leer hoy, seguramente mi mente esté desbordante hoy y por eso veo visiones de gente que no existe.

Por el camino me pongo mi música favorita para caminar más a gusto y así no tener que hablar con nadie. Como siempre, voy andando a paso relativamente ligero puesto que mi casa no está muy lejos. De pronto, el viento sacude los árboles como si quisiera arrancarlos del suelo y un remolino de hojas amenaza con llevarme a rastras, pero tan rápido como vino se fue, y quedó una sensación como si alguien me observara, pero no había nadie en los alrededores.

Un sentimiento de intranquilidad me invadió y me di aún más prisa para llegar a casa. Notaba como si una mirada se me clavase en la espalda y no me abandonase en ningún momento.

Fue entonces cuando divisé mi casa y enfilé el camino que me separaba de ella. Estaba ya en el porche cuando, mientras me acercaba e iba sacando las llaves de la mochila, me dispuse a abrir de una vez la puerta.

Cerré de un portazo y me froté la cara para intentar relajarme. En cuanto abrí los ojos vi en la puerta una nota de mi madre que decía que tardaría unas horas en llegar porque iba a comprar la cena y, como no, la vaga de mi hermana estaría en casa de una amiga porque se iba a quedar "a dormir".

El quedarme sola no era algo que tenía precisamente planeado y menos después del acontecimiento extraño de hoy; Decidí que necesitaba un buen baño y música para templar mis nervios.

En vez de elegir algo relajante, opté por algo más movido.



Mientras el agua me cubría por completo empecé a canturrear la canción y de nuevo pude empezar a sonreír y relajarme. Aprovechando que estaba sola, subí más el volumen y canté más alto. Al no ser muy tarde, los vecinos probablemente no sé molestarían, por lo que cantaba despreocupada.

Entonces cerré los ojos y me dejé invadir por el aroma del jabón y de la paz que el agua caliente me otorgaba.

En el preciso instante que mi cuerpo más relajado estaba y mis nervios casi se habían sumergido en la bruma producto de la espuma, un golpe en la ventana del baño me asustó.

Otra vez el estúpido viento que hace de las suyas, no entiendo que pasa hoy, es todo muy extraño.

Pero no le di más importancia y seguí mi ritual de relajación. Volví a cerrar los ojos sumiéndome cada vez más en un sueño. Me veía a mí justo donde lo encontré a él esta mañana, mirándome con la misma expresión de curiosidad, asombro y determinación.

Entonces las melodías empezaron a sonar haciéndome sentir como si mis nervios desaparecieran y me acercaran a aquel desconocido.


Mientras caía presa de la ensoñación, comenzamos a caminar al encuentro del otro sin quitarnos la vista de encima. Con cada paso, mi respiración se cortaba y mi cuerpo temblaba cada vez más. Quería hablarle, pero no sabía que decir, y a la vez sentía que las palabras no eran necesarias.

En el instante justo en que su mano rozó la mía, me desperté del sueño y me di cuenta de que seguía en la bañera, cayendo en la cuenta de que la ventana del baño estaba abierta de par en par y que en el suelo había un reguero de flores secas y hojas, como si el viento las hubiese traído.

Y repentinamente sentí de nuevo aquella mirada.


Bueno gente, no me pude esperar y subí el segundo capítulo, y además cargadito de música para que disfrutéis esta historia aún mas. No olvidéis comentar, me animareis mucho!!

 No olvidéis comentar, me animareis mucho!!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nanami [¡YA DISPONIBLE EN AMAZON!] #LoveGamesAwards2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora