Decidiste marcharte de mi vida. ¿Sabes tu cuanto me dolió esa herida? ¿Cuántas noches lloré bajo el canto de una noche desesperada? Esperando el calor de tu dulce mirada. Mientras por dentro sentía un hueco, nada. Sí, fue dolorosa tu retirada. Sí, soñé con tus manos volviendo a arrullar mi espalda. Sí, pensé que el destino nos volvería a juntar en la vereda. Me equivoqué, olvidé que la mano del destino suele ser desafortunada. Suele ser cruel y despiadada. Trae consigo una flor en una mano y en la otra una espada. Mi suerte, así como en el juego, en el amor es absurda. Tiende a alejar lo que más quiero para poner a prueba mi cordura. No tenía opción, mi alma estaba corrompida, ácida. Corroía mis tejidos por dentro mientras por fuera era una acorazada. No podía seguir así, me estaba matando lentamente sin compasión ni piedad. Bajé mis armas y las cambié por caricias aterciopeladas. No dude en darme la oportunidad de ser feliz con alguien que me hacía sentir tranquilidad. Ella podía calmar mis demonios y los hacía bailar bajo la luna sordomuda. Porque en realidad la luna ni te habla ni te escucha. Tristemente un objeto que ve el llanto de las almas que penan por amor en una tierra deshabitada. ¿Quieres que te explique lo que pasó con mis sentimientos hacia ti de la noche a la mañana? Fue un proceso largo no sucedió simplemente por arte de magia. Le susurré a mi corazón un plan de retirada que mi alma, aunque dicen es liviana, la sentía más pesada. Así tu recuerdo lo guarde en una obra de arte incomprendida. Sólo los ojos de mi alma podrían verla y entender lo que significaba. Los demás sólo veían una pintura pérfida. No me malinterpretes al amar a alguien que no sea tu alma confesada. Ella tiene un corazón de diamante que con llave guarda. Es como yo y me comprende hasta el más mínimo detalle. Busca lo que busco y encuentra lo que encuentro en esta vida desordenada. Mira que jamás sabremos lo que el destino nos depara. No olvidaré lo que fuimos pero el corazón sólo apunta y dispara. Y fue Cupido con un revólver quien hacía de las suyas al disparar una bala perdida. Que rompía las cadenas de mi alma, liberada. Doy las gracias por ser tu quien marcó mi alma con una huella dorada. Aunque se que encontrarás a alguien que te ame y te haga sentir amada, no seré yo quien lo haga. Se feliz por favor, eres fuerte y estimada. Un placer compartir un instante pero tengo que partir, mi corazón te susurra esta carta poema de despedida y retirada.
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sentimientos...y solo eso
PoetryEscribo lo que no puedo hablar. Aquí entrego mis sentimientos mis tristezas y alegrías. Todos mis sentimientos guardados aquí los libero porque nadie me juzgara.