Bialy estudia en un prestigioso instituto privado, donde toda familia que pueda pagar la cuota mensual de su pupilo puede ingresar, y el hecho de que el dinero mueva tanto al director como a los profesores deja completamente indefensos a aquellos al...
A pesar de que dije que lo haría, llevo todo el día escondida en el baño de mujeres del tercer piso, el que está en mantenimiento...
No me atrevo a salir, no me atrevo a poner un pie en los pasillos, ni a entrar a clases. No quiero que me vean. ¿Es acaso vergüenza?, ¿siento vergüenza de mi misma? Sé que no debería, pero... cuando te repiten tantas veces que eres algo, comienzas a creerlo.
Quizás me busqué todo esto, me lo busqué por que separé a una pareja que tenía muchos años juntos... así es después de todo.
A propósito o no, al final el resultado es el mismo.
No debí hacerlo, no debí haberle hablado nunca, todo esto comenzó por que fui incapaz de buscar el salón por mi misma.
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El timbre sonó interrumpiendo mi auto juzgamiento.
Es hora de la última clase.
Estoy asustada... no quiero ir. No iré.
Las horas pasaron y yo seguía escondida en el baño, hasta que el rechinar de la puerta hizo eco en todo el lugar.
-¿Qué planea Lili ahora?
Escuché las voces de unas chicas que entraban, estaban fumando, el olor del tabaco es inconfundible. Al oír el nombre de Lili me petrifiqué y me quedé en piedra, temblando y con miedo incluso a respirar y por ello ser descubierta.
-Tiene planeado un ataque contra la perra de Bialy, *risa* Esa niña no se atreverá a poner un pie por aquí de nuevo.
-Oye... ¿no piensas que quizás está yendo demasiado lejos...?
-¿QUÉ?, Taria, si Lili te oye decir eso...
-Lo sé, pero, digo... no fue su culpa ¿no?, fue Christian quien la dejó después de todo, además Bialy y él ni siquiera están juntos...
-Escucha Taria. Eres mi mejor amiga, pero debes hacer lo que debes hacer para sobrevivir a esta escuela, y seguir a la multitud es lo único que te salvará de estar en el lugar de Bialy en el futuro, ¿de acuerdo?
-De acuerdo...
-Vamos, Lili nos está esperando.
Los pasos de ambas chicas haciéndose cada vez más inaudibles me dieron la señal para volver a respirar con tranquilidad.
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