Los pantalones ajustados

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Querido diario: 


Hoy un nuevo día empezó, abrí mi closet y ahí estaban... esos hermosos, preciados y adorados jeans (vaqueros, pantalones, etc... como quieras llamarle) ajustados. Aquellos, que en algún momento usé... o más bien compré con la intención de usarlos cuando entraran. 

Hoy con la determinación de que mi dieta ha funcionado, me dije a mis misma que existía esa remota posibilidad de que me quedaran bien. 

Por supuesto, los saqué del closet, los miré con determinación y con esos ojos que solo le puedes poner a esos hermosos pantalones, que puedes usar pocas veces en tu vida, cuando tienes un cuerpo como el mio. Una combinación de melancolía, desafío o lo que sea que pase por tu mente. 

Incluso te puedes imaginar con ellos puestos y crees que podrás ser una de esas chicas que salen en internet... preciosas, finas, elegantes, bien maquilladas, pestañas que llegan al cielo y piernas que llegan al suelo (por cierto, no lo dije antes pero, yo debería haber nacido alta, pero estoy segura que el doctor me comprimió cuando nací... mi futuro era otro). Bueno, la cosa es que defiante a ellos los mire, los acaricie y me decidí a hacer la prueba de fuego. 

Mi primera vez

Sí, la primera vez que me los ponía, ¡Tenían hasta la etiqueta puesta! No lo podía creer. 

Comencé con el ritual. 

Primer paso: Estando de pie y con el pantalón listo para poder entrar, lo intentas... la primera pierna entra de maravilla... la segunda... lo dudas un poco, pero también entra de maravilla. 

Sí, Maria ¡Lo hemos hecho! Ahora toca la segunda parte. 

Segundo paso: Comenzamos a subir el pantalón, pero como comienza a ajustarse un poco a medida que sube... apretamos el cuerpo... así tal cual como nos dice la instructora de cardio... apretando el abdomen... las nalgas... las piernas... todo... dura como piedra. 

Y ahora comienza la parte trajita, el tercer paso: los saltitos. 

Como no puedes subir el pantalón más arriba que los muslos... sí justo debajo del trasero, comienzas a dar pequeños saltos, lo intentas, sufres... transpiras... ¡Dios! date un respiro, Maria tú puedes. 

Vuelves a respirar

Vuelves a endurecer las piernas y el abdomen y lo intentas de nuevo. 

Los saltos nuevamente... pero como ves que esto no está funcionando... comienzas la fase final. Sí, aún más trágica. 

Acostarte sobre tu cama y seguir intentando ponerlos en su lugar. Cierras los ojos, y ahí está ¡Sí, pudiste! ¡María, la dieta está funcionando! ¡Bien! Ahora pongámonos de pie. 

A penas intente ponerme de pie, sentí como mis piernas se estiraban, no las podía doblar, aunque eso no era lo peor... lo peor es que no podía respirar.  Pero, estaba determinada, así que doy un paso... tiesamente, como caminan los patos, me moví y me miro en el espejo. 

Faltó el último paso, luego de ponerme de pie. Sonreír. 

Hay cosas inexplicables en este mundo, y sí todos nacemos distintos, todos somos hermosos tal cual estamos, todos debemos amarnos, y aun así queremos llegar más lejos... no pienses que comencé la dieta sólo porque me decía a mi misma que estaba muy gorda. Fue por salud... pero aun así, ese momento no pasó por mi mente... ni en lo más remoto. Sí, una sonrisa bastó para que el botón que sujetaba mi pantalón, ese botón que hacia que permaneciera cerrado, aunque sea pendiendo de un hilo. Voló, lejos, rebotó en el borde del closet y por último chocó con el espejo y lo trizó 

¡MALDICIÓN! ¡MARIA! ¡¿QUÉ ES ESTO?! AAAH... ESTÁBAMOS TAN BIEN

En algún momento tuve una pequeña amistad y amor mutuo con mis pantalones, jeans o vaqueros ajustados... pero solo fue un momento. 

Aunque eso no fue lo peor... después estaba el sacarlo. 

Llamé a un amiga para que me ayudara y la muy desgraciada se rió de mi todo el día. 

Buscó en mi closet nuevamente y sacó mis pantalones de tiro alto. Lo reconozco, uso pantalones de tiro alto para esconder el royo... cuando me los pasó, me puse a reír con ella. 


Querido Diario: Hoy volví a salir con mis pantalones de tiro alto, y los amo. Son cómodos, hermosos, me hacen ver bien y sobre todo... no me hacen sufrir.

Aunque lo asumo, arreglé los pantalones ajustados y los volví a guardar en mi closet... por si algún día me los puedo poner sin necesidad de los saltitos... ni las acostadas en la cama... y sin reventar el botón. 


Querido diario: Hoy fue un buen día con mis pantalones de tiro alto. 

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⏰ Last updated: Dec 08, 2017 ⏰

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Diario de una Dieta (DD)Where stories live. Discover now