2. VAMOS A BADISIC.

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Límites del V.Concordia ( Día N° 6 del 10 del 2119 ).

—Pronto estaremos fuera del valle del Concordia así que preparen su equipo de protección.

El comandante Reimond ya venía tomando sus precauciones mientras nos daba unas cuantas indicaciones extras acerca del equipo de resguardo.

Cada uno de nosotros contábamos con el equipamiento adecuado para protegernos de los factores de riesgo del exterior.

La mascarilla de filtro era tan sólo una protección contra los gases nocivos del medio a nuestro alrededor; sin embargo, no nos podía proteger de otros peligros.

Ciertamente había mucho más de que preocuparse allá afuera. No solo el ambiente estaba en nuestra contra, había algo más, algo que acechaba desde las sombras.

De un momento a otro decido no pensar en aquello tan siniestro que me causo pesadillas durante las noches previas a este evento.

Puesto que ya conocía el tema y muy bien para ser exacto. Conocía aquel inminente riesgo. Algo que en definitiva me quitaba el sueño y dejaba mi mente hecha un caos.

Es aquí que durante mis cavilaciones tuve el impulso de mirar a mi alrededor, quizá para cerciorarme de que no estaba solo y así no verme en una ilusión perturbadora donde me encontraba abandonado, pero no era así ya que mis compañeros yacían en total serenidad sobre sus asientos, ya se habían equipado y, seguramente estaban preparados en caso de que ocurra alguna emergencia.

De pronto una voz de alerta se escucha desde la cabina de conducción.

—estamos fuera del Valle del Concordia, entramos a territorio hostil.

El comentario informativo del comandante en cierto modo me provocaba gracia. Y podían llamarme extraño por reírme de algo tan insignificante, pero he aquí mi argumento.

La fortaleza de New Heaven se supone yace en un valle que antaño era privilegiado por su naturaleza virgen, por tanto en tiempos actuales ostenta uno de los terrenos menos nocivos de todo el mundo, pero...

—incluso dentro del valle corremos riesgos, todo nuestro entorno es hostil —dije en un susurro discreto, sonriendo de forma sarcástica.

Pero separando mis comentarios de la realidad, era verdad en su máxima expresión, porque no importaba a donde fuéramos, el planeta se había convertido en un lugar donde los seres vivos estaban destinados a sucumbir ante su agonizante entorno.

Era todo cuestión de tiempo...

—¿de nuevo pensando? deberías olvidar tus frustraciones por un momento, te hará bien.

Miré algo sorprendido a mi compañero, sus palabras me tomaron desprevenido.

—Matt—afirmé dando un gran suspiro—. Pero... es imposible ignorar lo que me rodea, sobre todo cuando el entorno comienza a afectarme de sobremanera ¿no crees?

Lo miré expectante asumiendo que había escuchado mis últimas palabras.

Allí estaba él, meditabundo por unos segundos a la par que se ponía de pie para seguramente dar una respuesta vaga y marcharse.

—en algo tienes razón, pero no ignoramos lo que nos rodea, solo hay que dejar de lado lo que pasa y centrarnos en seguir adelante —dijo él dándome unas palmadas en la espalda—. Por lo mismo hay que salir del problema en que estamos metidos ahora.

REVERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora