Capítulo tres: Boletines de notas

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Doblamos la esquina y justo ahí se mostraba el edificio de nuestra escuela. Elliot condujo hasta el aparcamiento y estacionó en medio de dos autos; una camioneta roja y un deportivo gris. Reconocería esa camioneta hasta en una convención de autos recién traidos de Italia. 

Camille.

Creo que no advertí que si tengo una archi-enemiga. Camille Clayton es la persona que más odio en este mundo. Desde este auto hasta la corona de Reina de la primavera. Era alguien tan... Tan... Aborrecible. Si pudiera rayar ese auto lo haría pero yo estaba sentada del lado del copiloto y a mi costado estaba el deportivo gris del cual se abrió la puerta del piloto y salió un chico y del asiento trasero salió una chica y otro chico.

El chico número uno era rubio al igual que la chica, y el chico número dos era moreno. Me les quedé viendo casi un minuto, observando como ingresaban al edificio. Es raro. Jamás los había visto en esta escuela.

—¡Ana! ¿Sales o tengo que sacarte a rastras? —preguntó Elliot desde afuera del automóvil.

—¡Qué te den, Elliot! —le mostré mi dedo corazón.

—A mi me dan casi siempre —rió levemente.

—Asqueroso —Esta vez soltó una carcajada limpia.

—Ya sal Any.

Sin objetar más salí del bonito auto de Elliot y ambos ingresamos al edificio en donde anteriormente habían entrado la rubia, el rubio y el moreno.

Ya adentro, Elliot me dejó por mi cuenta para ir al departamento de graduados a recoger su diploma y sus documentos ya que él no vino a la graduación conmigo.

Lo había olvidado por un momento.

Elliot se va.

Mi mejor amigo irá a estudiar a otra ciudad. Y me dejará. Sola. Como me encontraba yo en un principio...

—Ana, querida... Sal del auto. Llegamos. advirtió papá. Alcé la vista y me encontré con un imponente edificio. Decía "Preparatoria Danforth". Era enorme por fuera así que supuse que debía ser así también por dentro.

Me quité mis gafas con montura lila para ver las miradas preocupadas de mis padres. Estaban preocupados de que no encajara aquí. Así como no encajé en las otras tres preparatorias. 

Eres un imán de mala suerte...

Sentí náuseas por un momento, pero las detuve y hablé:

Ya salgo Fue lo único que pude pronunciar. Cerré el libro "Orgullo y Prejuicio" y lo puse bajo mi brazo para salir del auto. Antes de hacerlo guardé mis lentes en su estuche y los coloqué en mi bolso. Al salir la fuerte brisa de la primavera me golpeó como por primera vez.

Mis padres se pusieron a cada lado mío y caminamos hacía la entrada. Los pasillos estaban completamente vacíos, lo único que podía divisar eran los casilleron azul marino incrustados en la pared. Fuimos directamente a una oficina que tenía como placa en la puerta: "Directora Mylen Sue Rich". Mamá tocó suavemente la puerta y al instante se abrió dejando a la vista a una pelinegra de cabello lacio y de vestido color beige ceñido en la cintura. Abrió más la puerta y nos dejó entrar.

Se sentó en su asiento detrás del escritorio y nos invitó a sentarnos. Eso hicimos. Tenía una pose segura en su silla de cuero negro, como su cabello. Luego de eso recuerdo que les hizo a mamá y a papá unas preguntas sobre mí. Pero no les presté atención, estaba perdida en mi mundo. 

¿Encajaría en esta preparatoria? ¿Tendría amigos? ¿Y si se daban cuenta de que daba mala suerte? Salimos de la oficina luego de que la directora hablara con mis padres.

Ellos me avisaron que ya se iban así que me despedí rápidamente de ellos. Pero ni siquiera se detuvieron a devolverme el saludo. Me dejaron en medio del pasillo. Sola...

—¡Anabelle! —gritó alguien a mis espaldas. Oh mierda. 

Camille.

—Hola... —se acercó a mí y me escaneó de arriba a abajo— Ana.

Wow, que halagador. Bufé sabía que ni ella ni yo queríamos tener una conversación.

—¿Que quieres, Camille? —dije de mala gana.

—Oye tranquila, querida Anita...

—No me llames así —murmuré con la voz lo suficientemente alta.

—Como sea —se acomodó su bolso de piel de leopardo en el hombro—. Habrá una fiesta, a lo Proyecto X, en mi casa mañana en la noche y quería invitarte. Aparte de que acabo de invitar a toda la escuela. Por suerte no volveré a verlos nunca más. 

—No necesito tu caridad de invitarme —solté.

—Pues deberías aceptar... —se acercó a mi oído— No quiero que nos castiguen otra vez por excluirte.

Maldita perra.

—Yo jamás hablé sobre ese tema con nadie. —Me defendí.

—Pues que te crea tu abuela, porque todos en la escuela saben que tu tuviste la culpa de ese "incidente" —hizo comillas con sus dedos.

—Si no quieres creerme, simplemente no lo hagas. No tengo nada que probar.

Soltó una carcajada burlona —Queda en tu conciencia que toda la preparatoria sabe que tu siempre andabas quejándote con tus papitos —hizo un puchero de burla.

No era cierto.

Esto fue por esa maldita vez que mis padres encontraron una nota media rota en mi mochila que decía: "Nadie te quiere". Al día siguiente sin que yo sepa nada mis padres se quejaron y castigaron a toda mi clase. Me miraron mal todo ese día y el siguiente también. Elliot fue el único que me creyó. Sé que mis padres no lo hicieron de mala intención pero esa vez se pasaron de la línea.

—¿No tienes una esquina a la que ir, Camille? —dijo Elliot  detrás de mí.

—¡Oh no! —dijo ella en son de burla— Creo que me iré, ha llegado el superhéroe para salvar el día. —Se rió en voz alta.

—Vamos Ana, debemos recoger los boletines de notas. —me jaló del brazo y lo seguí sin rechistar. 

Anduvimos por el largo pasillo que unía la oficina de la directora Rich con el directorio de notas. Entramos en una puerta casi desgastada y vimos dentro del lugar a Gaby, la encargada, ordenando en los cajones de los archivos algunos documentos.

—Hey, Gaby —saludó Elliot.

—Hola chicos, ya sé para que vienen —se puso a buscar con más euforia en el cajón—. Acá están. —Nos extendió a cada uno un sobre manila con lo que supuse eran nuestras notas de todo el año.

—Gracias —susurré.

—Por nada, linda. —me sonrió y siguió con su labor.

Ya afuera Elliot dijo:

—Oye Any, espérame. Tengo que hacer algo importante. Ya vuelvo. Ve al aparcamiento. Nos vemos allí. —Solo asentí y la mata de pelo rojo desapareció en la multitud de alumnos, o ex-alumnos, que ocupaban todo el pasillo.

Fui un momento a mi casillero, ya vacío, y me apoyé sobre éste. Abrí el sobre y cuando vi mis notas casi me caigo de culo.

Hola!!! SORRY POR HACERLOS ESPERAR TANTO! Es que mis exámenes empezaron o.O prometo intentar subir otro capítulo les quiero! <3333

PD: sé que prometí información mía pero me acaban de hackear el face así que me tomará un tiempo darles mis redes U.U Sorry!! .-.

Autumn FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora