Capítulo 13. La Paz Antes De La Tormenta

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Capítulo 13.

BIP... BIP... BIP... BIP

El Uzumaki se levantó con cansancio para apagar la alarma, se sentó a la orilla de la cama, se tallo los ojos mientras miraba la alarma, eran las 5 de la mañana, la razón del porque se levantó a esa hora, pues tenía que cumplir con su régimen de ejercicios que la mujer de melena blanca le impuso. Hablando de ella, el rubio se giró para mirar como la mujer dormía plácidamente, con unos mechones de su larga cabellera adornando su bello rostro, solo sonrió para levantarse de la cama y cambiarse, se puso un pants negro, unos tenis rojos además de un sudadero azul, y guantes negros.

Salió de la casa con celular en mano y sus auriculares, cerró la puerta con suavidad para no despertar a la diosa, hoy que tenía el día libre la mujer dormiría más tiempo, lo cual era bueno ya que a la hora que planeaba volver, la peliblanca ya estaría despierta, camino hasta el ascensor donde estaban otros inquilinos, al momento de entrar los demás inquilinos miraban al rubio con detenimiento, el shinobi solo miraba como el ascensor bajaba de piso lentamente, hasta que llego al primer piso, salió de la máquina al momento que se ponía sus auriculares y sonaba la canción "Runnin de Adam Lambert" mientras comenzaba a correr.

El sol apenas estaba saliendo, las calles todavía eran iluminadas por los pósters de luz, mientras corría algunas personas que también hacían ejercicio lo seguían, y otras lo saludaban al pasar junto a ellos. En todo el recorrido algunas personas lo saludaban y felicitaban al reconocerlo, pero solo se dedicó a correr mientras ignoraba a toda la gente. Su recorrido era correr de su casa hasta el parque más cercano, que estaba a unas 20 cuadras de su casa, y luego regresaba a su casa y volvía al parque, hacía eso por varios minutos, los cuales se convertían en horas.

Eran las 7 de la mañana, y el rubio estaba sentado en una banca del parque, ya había terminado sus ejercicios, así que ahora se tomaba un pequeño descanso, su teléfono todavía no le avisaba si Kaguya se levantó ya, y de seguro se preguntaran porque su teléfono le tenía que avisar, eso era fácil. Compro un aparato similar a una cámara de vigilancia, la cual tenía en su cuarto en todo momento, claro que eso lo hizo a escondidas de la peliblanca. Pero volviendo al tema, esa cámara le avisaría cuando la diosa se levantara, además de eso podía mirarla desde su teléfono dormir plácidamente, tenía tiempo para descansar y llegar a su casa a tiempo para comenzar a preparar el desayuno, solo suspiro mientras se limpiaba la cara con un pañuelo el sudor, aún era humano a pesar de tener ese gran poder.

- ¿Entrenando? - fue la pregunta que hizo una persona, el rubio levantó la mirada para encontrarse con una mujer de pelo negro y ojos azules, quien usaba una chaqueta negra además de un pantalón negro y botas negras, además de llevar unas pulseras con púas en las muñecas. La mujer solo le sonreía mientras el rubio bajo la mirada.

-Sí- fue lo único que dijo el rubio, de seguro esta mujer era otra de esas busca fortunas.

- ¿Me puedo sentar a tu lado? - pregunto la mujer al rubio que se levantó.

-El parque es público, puedes sentarte donde tú quieras- respondió el oji-azul para irse, no quería tener que charlar con nadie, mejor se iría a casa para preparar el desayuno.

-No pensé que fueras tan ingenuo como para no reconocerme, Uzumaki-kun- dijo la mujer con una gran sonrisa al rubio, quien la miro con extrañes.

- ¿Te conozco o algo por el estilo? - pregunto el rubio, la pelinegra metió su mano a su chaqueta, al momento que el rubio sacaba sus garras derechas.

-Tranquilo, soy yo- la mujer saco una marcara de su chaqueta, una marcara negra que parecían lentes para ponerse, al momento que el shinobi guardaba sus garras.

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