Un Ninja En Un Mundo De Héroes

Capítulo 40 Bienvenido A Casa

Capítulo 40.

Los viajeros miraban con gran brillo en sus ojos la aldea, era grande sin duda alguna, habían miles de casas además de negocios, parecía un centro comercial, era temprano pero ya podían notar como gente se movía por las calles.

A lo lejos todos escucharon el sonido de una bocina de tren, miraron a lo lejos y notaron como varios trenes iban y venían a un lado, rodeando lo que era la enorme aldea, además de eso también notaron una gran montaña que tenía grabado el rostro de seis personas, los primeros cuatro eran el rostro claro de hombres, el quinto de una mujer y el sexto de un hombre. Eso era algo interesante sin duda alguna, además de eso podían notar un edificio que era más grande que los otros, pero aparte de eso también notaban como ninjas caminaban por las calles, no tenían que ser genios para saber que esas personas que usaban ese traje estilo militar de color verde oscuro eran los ninjas y la seguridad de la aldea, después de todo, los ninjas tenían sus bandas y esos bolsos en las piernas.

Los pocos ninjas que pasaban a sus lados los saludaban, y ellos devolvían el saludo por respeto, pero no eran solo los ninjas, algunos ciudadanos los saludaban con una sonrisa o un buenos días, todo parecía ser tranquilo dentro de la aldea, pero no podían confiarse, el Uzumaki les dijo que en las sombras hay ninjas vigilando las calles, así que debían ser los más amables y serenos posibles.

El rubio miraba todo a su alrededor, si había cambiado desde la última vez que vino, las calles ahora eran más grandes, sin mencionar que habían varias televisiones de plasma en algunos edificios, en donde pasaban comerciales de comida o productos, además de algunos en donde se entrevistaba al Hokage, entre otras cosas, sin duda alguna Konoha se había vuelto más alegra y moderna, pero no al punto del otro mundo, estaba seguro que aquí faltaban algunas cosas, tal vez no tantas, pero si algunas importantes, ver la aldea así le traía nostalgia, en su momento nada de esto se encontraba en las calles.

Pero además de eso, también podía sentir la paz que había en el lugar, las personas desde muy temprano se levantaban para abrir sus negocios y empezar el día vendiendo, algunos niños ya corrían por las calles, eran jóvenes, al menos debían tener unos 13 o 14 años, de seguro eran estudiantes de la academia. Ver eso solo hizo que sonriera, los niños tenían grandes sonrisas, pero además de ellos también había madres que caminaban junto a los más pequeños, quienes sonreían mientras agarraban de la mano a sus madres.

Sinceramente le hubiera gustado que sus padres estuvieran vivos, o al menos su madre, no lo malentiendan, también quería a su padre, pero su conexión con su madre era más grande debido a que eran del mismo clan. De seguro su madre se hubiera puesto feliz de saber que sería abuela, tanto que estaba seguro que ella nunca dejaría sola a Kaguya, al pensar en eso solo pudo reír, la pelirroja de seguro estaría cuidando a la diosa, sirviéndole la comida que la mujer pidiera, y de seguro obligándolo a él a prepararla, o regañándolo por nunca prestarle atención a la peliblanca. Eso le hubiera gustado tanto, y le dolía pensar que su hijo o hija nunca podrá conocer a sus abuelos.

La diosa noto la tristeza que invadía a su pareja, tomo su mano para apretarla con fuerza, el rubio miro a la peliblanca, aunque ambos tuvieran el rostro cubierto, el shinobi podía saber con ese simple apretón que la mujer le decía "Todo saldrá bien", solo respiro hondo, aunque sus padres no estuvieran aquí, estaba seguro que donde quiera que estén estaban felices al saber que serían abuelos, la diosa podía sentir ese dolor todavía, no le gustaba sentir que su pareja sintiera dolor, no le gustaba para nada, costara lo que costara, ella haría que ese dolor desapareciera del corazón de su amado.

Luego de unos minutos, el grupo de viajeros llego a lo que ellos supusieron la oficina del líder de la aldea, es decir, la oficina del Hokage. En donde entraron todos mientras esos ninjas con máscaras iban a delante de ellos, ninguno lo había notado, pero detrás de ellos iban otros dos ninjas con máscaras, sin duda alguna debían ser precavidos, ni siquiera Eraser que tenía unos buenos reflejos los sintió llegar. A los pocos segundos llegaron a la oficina del Hokage, uno de los ANBU le dijo a todos que pararan, al momento que tocaba la puerta.