"Día de martirio"
Dando un último resoplido, entró a casa, con los pies doliendole por la caminata que tenia que hacer todos los días.
Como siempre, su mamá no se encontraba, ni siquiera un rastro de que se hubiese aparecido en la tarde. Al parecer, lo se había asomado desde esta mañana, cuando ambas se fueron.
Dejó la mochila en el sillón y subió hasta su habitación. Tenia hambre, a penas había comido la mitad de hamburguesa y no tenia nada que comer. Y no sabía cocinar, hasta un huevo frito se le quemaba.
Era un desastre no solo en la cocina, sino en la vida.
Si tan solo hubiera terminado esa rica hamburguesa, ahora su estómago no estuviera gruñendo. Pero no, ese estúpido chico de hermosos ojos tenia que tumbarla.
¿Quien era él? ¿Por que su rostro se le hacia conocido? Trató de navegar en su mente pero nada, ningún rastro que le dieran alguna pista.
Matteo...Bonito nombre, bonitos ojos, bonita voz, bonitos rulos...¿Por qué lo estaba pensando? Seguramente él era como los demás, la insultaría comos todos lo hacen. Pero parecía diferente. Habia cierta ternura en sus ojos, cierta bondad que hace mucho tiempo no veía en una persona.
Es igual a todos...
Sacudiendo la cabeza y borrando de su mente a ese...chico. Bajó las escaleras hasta la cocina, por una fruta. Eligió una manzana, su preferida. La lavó e inmediatamente dio el primer bocado. Al menos, lideraría con el hambre.
Las horas pasaron, ningún rastro de Mónica, su Madre. Parecía como si se hubiera hecho espuma, y desaparecido. Llegando las ocho de la noche, la puerta se abrió.
Luna bajo corriendo las escaleras creyendo que se trataba de su madre, pero no era así. Su papá llegaba cansado, desganado.
—Buenas noches, hija — la saludo, dejando su maletín en el mueble — ¿tu mamá esta arriba?
— Eh, no — contestó titubeando — ella no llega desde la mañana, y la verdad ya me estoy preocupando.
— ¿Como que desde la mañana? — exclamó asustado — esa mujer tiene unos arranques...que aveces no los soporto. De no ser porque la amo así y con sus imperfecciones, nuestra relación ya hubiera acabado.
Sonrió y lo abrazo. Su papá era un hombre con buenos sentimientos, gentil, dósil, y algunas veces, cursi.
En ese momento, el teléfono de casa sonó. Luna, inmediatamente lo tomó y atendió.
— ¿Si? — contestó con voz temblorosa.
— ¿Hablo con la casa de la señora Mónica Valente? — dijo una voz ronca y ásperas.
Ay no! ¿Y si eran del hospital diciendo que ella estaba gravemente herida?
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Bad Reputation© (Lutteo)
FanficDonde Luna Valente sufre por los constantes insultos y ataques por el resto de sus compañeros, gracias a la mala reputación que obtuvo por sus malas acciones. Matteo Balsano es un chico que llega a la escuela con el único objetivo de estudiar sin me...