Una semana después del último celo de Harry, Louis notó un repentino cambio en él. Estaba pendiente de su móvil siempre que éste vibraba por un mensaje entrante, parecía muy distraído.Se hacía de noche, por la ventana se apreciaba el ocaso, tiñendo el cielo con una mezclilla de colores naranjas. El pequeño omega estaba sentado en el marco de la ventana, con grandes ojos observando la increíble belleza que se presentaba en el exterior.
Un ruido llamó su atención, ladeando su rostro para ver a Harry, quién al parecer se había chocado con la mesa ratona del living, impactando contra su rodilla y haciéndolo gruñir. Desde hace treinta minutos atrás, el alfa andaba de aquí por allá, ordenando y maldiciendo por lo bajo.
Louis suspiró ruidosamente mientras abrazaba sus piernas, llevando las rodillas al pecho y apoyando su pequeño mentón en una de estas. Estaba aburrido. Observó a Harry acercándose, levantantó lentamente sus orejitas, creyendo que por fin jugarían a algo, o al menos lo acicalaría.
-¿Que dices, crees que me vea bien?.- Preguntó Harry mientras se abrochaba uno de los botones de la manga de la camisa blanca, mirando sus propios actos. Lucía verdaderamente galán con ese conjunto, llevaba pantalones negros y zapatos marrón oscuro. Louis asintió y contestó en un murmullo afirmativo. Estaba ligeramente decepcionado, quería que Harry lo notara, pero al parecer no lo hizo.
El alfa revisó su reloj de muñeca con el ceño levemente fruncido, miró luego panorámicamente su casa, todo estaba perfectamente ordenado.
-¿Van a venir tus amigos otra vez?.- Habló Louis, captando la atención de Harry, algo que desapareció cuando el timbre se hizo escuchar por toda la casa.
-No, una amiga.- Contestó mientras caminaba a la puerta principal.
«¿Una amiga?» Pensó Louis, con el ceño profundamente fruncido y con sus orejas paradas.
Se bajó costosamente del marco de la ventana, siguiendo a Harry a paso veloz.
Cuando el alfa abrió la puerta, pudo apreciar a una chica muy alta y rubia, con los labios exageradamente pintados de rojo vivo y un atuendo muy elegante del mismo color, dejando mostrar el ochenta por ciento de sus piernas. Si Louis se posesionaba más cerca, seguramente podría descifrar el color de su ropa interior. Ella era omega.
El minúsculo cuerpo de Louis se encontraba a dos metros de ellos, en medio del pasillo. Este dirigió su mirada al alfa, Louis mantenía los brazos cruzados, pudo notar que sonreía con unos hermosos hoyuelos. «Dios... ¡¿Por qué tiene que sonreírle de esa manera!? ¡Ni siquiera dijo un chiste como para que lo haga!» Pensó un ofendido Louis.
-Hola, Taylor, me alegra verte. Por favor, pasa- Habló el más grande con su ronca voz, aparentemente amigable. Se hizo a un lado y apuntó con la palma extendida de su mano el interior de la casa, invitándola a adentrarse.
-Buenas noches, Harry.- Rió ligeramente la omega, sonrojada- Que caballero.- halagó, entrando a la casa.
Louis la escudriñó con la mirada, con los labios ligeramente entreabiertos, sin abandonar su ceño fruncido. Era muy linda, tenía que admitirlo.
Taylor, al notar su presencia, se sobresaltó.
-¡Una rata!.- Exclamó ella, alterada. Louis pegó un pequeño brinco y miró para atrás, buscando a los que se refería.
-No, no... Es Louis, mi compañero. Es un híbrido.- Aclaró Harry con una risa baja, ronca. Eso hizo tensar al nombrado. ¡¿Acaso ella se atrevió a llamarlo rata!?.
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Mi pequeño Lou
FanficDonde Louis es un pequeño híbrido omega con características felinas. Con tan solo dieciocho centímetros, pasó a ser la criatura más consentida y adorada por su dueño. Harry es posesivo, celoso y sumamente protector, un crudo Alfa con todas las pers...