Cuentos Cautivos

Frio

En cualquier cuerpo ajeno, el frío puede producir alteraciónes naturales, desembocando en necesidades básicas como la de buscar abrigo, techo y calor, en esencia es un instinto natural de autoproteccion, en mi caso donde lo ajeno no es el cuerpo sino que el corazón que habita, el frío causa un efecto personalizado, diferente, como una mutación inducida por esas anécdotas de amores desviados o pasiones encarceladas, donde las alteraciones naturales son ignoradas, en consecuencia de que el instinto de autoprotección es vendido y olvidado por los escombros que dejo la huella de un amor profano, rechazado y defraudado. ¿Diganme ustedes si es normal que cuando presiento que un clima templado se acerca, lo primero que late dentro de este motor es el recuerdo de los últimos besos que plasmasron en estos labios secos, deshidratados y en sequía emocional, después de todo porque no canta el corazon?

Para cualquiera que tuvo lo dicha de habitar, aunque sea de una manera informal, inadecuada y fugaz en unos labios como los de ella, puede entender muy bien lo que relato, que te asalten la intranquilidad con esos labios y que te agarren desprevenido robandote el anhelo para convertirlo en realidad, que sustraigan de ti la infame idea de vivir por siempre solo y que te abran las puertas de su corazon, para entrar y tomar un café mientras repara el tuyo, que te arranquen los sueños de besar al amor de tu vida y lo conviertan en una leyenda viviente, que inunde espacios que no sabias que existían dentro de tu persona con tanta ferocidad, anhelo e incertifumbre. Al momento de probar besos con propiedades tan reparadoras no queda espacio para andar jugando al muertito y esperar a que unos labios te devuelvan la vida, porque ahí lo tienes todo, entre desenfrenos y mordidas. ¿Que mas se puede esperar al sentir esta helada que empieza a navegar por mi piel si te apareces como alma sin pena, encadenandome a la ausencia y a la falta de desapego de unos labios tan benditos?

Entre el cuerpo entumecido y en este engranaje perturbado que palpita sin cesar va tomando importancia la mirada que lo dejo de ver; es que hay ojos profundos y sinceros que penetran la oscuridad que tanto guardas con recelo, esa que es solo tuya, la que nadie conoce, la que hace temblar a demonios y asesinos, la que se siente como en casa cuando ronda en tus secretos prohibidos, tu alma desnuda y tus sueños prohibidos. Ojos como los de ella, que nunca se apagan aunque tenga las linternas del alma disipadas, llevando luz a donde quiera que vaya, iluminando tanto que no es necesario que entre por completo a esa oscuridad para alumbrarla, porque tiene habilidades místicas para acariciarte sutilmente que al percatarte esta iluminando hasta esas sombras perdidas, paralizandote ante tal proeza, suficiente con pararse en la puerta de ingreso de esas locuras, tinieblas y maldades enterradas entre tanta oscuridad para saber que su vibración en este plano terrenal es avanzada, en hora buena me estremezco en recuerdos y distancias. ¿Como ponerle atención a este gélido clima que abusa abrazando todos los sentidos si estas paseándote por aquí, con tu mirada ausente en la mía, con tus ojos abandonando el despojo que has dejado, si es que queda alguno?

No quiero darme el lujo de pasear por mas recuerdos, aunque debo de aceptar que tu vaga presencia que utiliza a estas neuronas que nada tienen que ver con corazones sencillos, emociones añejas, uno que otros delirios, el sereno y este frio en los huesos, solo ha servido para un pequeño escape de mi presente, de esta realidad huerfana, de este constante galope del tiempo. ¿Como no hacerle honor a tanta belleza entre neblinas y unos grados testarudos queriendo embrutecerse para disminuirse a un perfil térmico mas bajo y  servir de imitador barato de icebergs desolados en deriva, con un destino finito ante tu calido ser?

El bosquejo borroso que dejaste al que penosamente le puedo llamar vida, es incapaz de darse cuenta como un clima agresivo puede hacer lo que quiera con este motor cansado, de este largo e interminable camino, sigo aferrandome a tanto y diluyendome deliberadamente entre tus siluetas ausentes, con una sensibilidad muerta y una magnifica ignorancia del daño degradante que dejaste, irreparablemente empiezo a sentir...