UN DESCANSO MERECIDO

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Al día siguiente, recojí mis últimas cosas y me fui a mi nuevo apartamento. Coloqué mis cosas y llamé a Anne.

- Emma ¿Que has averiguado? - me dijo corriendo.

- Nada, solo queria preguntarte si te quieres venir a desayunar conmigo para desconectar. - La tranquilicé.

- Ohh, de acuerdo en diez minutos estoy ahi.

- Bien, hasta ahora.

- Hasta ahora.

No me lo podía creer, ¡era la primera vez que Anne llegaba a tiempo a algun siitio!

- ¿Quien eres y que has hecho que Anne? - dije con un tono sorprendida.

- Esta es la Emma que conozco y quiero jajaja.

- Jajaja, ¿Que tal la noche?

- Fatal, con pesadillas. ¿Y tú?

- Igual. He soñado que yo era May...

- ¡Ohh...

- ¡Tenemos que encontrar el asesino! Esta noche he podido entender el sufrimiento de mi hermana - dije llorando.

- Tengo una idea... ¿ Y si hoy descansamos un poco de pruebas y de torturas y nos vamos a la playa?

- De acuerdo...

Subí al apartamento y me puse un bañador y enseguida bajé. Cojimos mi coche y fuimos a la playa a pasar el día. Cuando llegamos, hacía un sol radiante, ni una sola nuve y el mar... ¡era precioso! El agua era muy clara, de un color turquesa. Me quedé un par de minutos embobada mirando el horizonte.

- Tierra llamando a Emma, ¿Me recibes? - me dijo Anne chasqueando los dedos en mi cara.

Pasamos la tarde en la playa sin apenas pensar en el tema de mi hermana.

EN BUSCA DE LA RAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora