Capitulo 1

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La hipertensión arterial (HTA), es el principal factor de riesgo para los accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y cardiopatía coronaria en las personas adultas mayores. La hipertensión puede controlarse y puede lograr no solo salvar vidas sino también reducir significativamente las limitaciones funcionales y la discapacidad en las personas de edad. Sin embargo, la hipertensión no debe considerarse una consecuencia normal del envejecimiento.

Los síntomas son variados, no existe un síntoma en concreto, una persona con esta patología puede presentar los siguientes síntomas o ninguno de ellos, y aun así padecer la enfermedad

Confusión

Náuseas

Vómitos

Problemas de visión

Sangrado nasal

Dolor de cabeza intenso

Zumbido de oídos

Su causa pueden ser diferentes factores, como:


La obesidad

El estrés

El tabaquismo

El alcoholismo

La genética

Aunque es más peligroso si se da por otras enfermedades tales como la Diabetes o El Hipertiroidismo.

LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL ¿SE HEREDA?

Hay cierto componente hereditario ya que se conocen familias completas que la presentan; es también conocido que si el padre o la madre, o los dos, son hipertensos, los hijos pueden presentar la misma patología con más facilidad. Se hereda la predisposición hacia la enfermedad, y hay factores externos que favorecen que se manifieste. Estos factores externos incluyen: el consumo de sal en exceso, la falta de ejercicio, el sobrepeso y la obesidad; el tabaquismo, el estrés excesivo, el abuso del consumo de alcohol y, es más frecuente, en personas que roncan.

EXISTEN DOS TIPOS, Dependiendo de la causa que origina la elevación de la presión arterial se clasifica en:

📎 Primaria o esencial, causada por la interacción de muchos factores, entre ellos la herencia, la mayor o menor sensibilidad a la sal, la obesidad, el tabaquismo, etc. Es la causa más frecuente y se presenta en 9 de cada 10 hipertensos.

📎 Secundaria, es mucho menos frecuente, el origen es diverso y sólo identificable con estudios especializados; incluye, principalmente alteraciones en la función renal (insuficiencia renal), obstrucción de las arterias de los riñones (reno vascular) por causas congénitas o adquiridas (aterosclerosis, por ejemplo), trastornos glandulares, principalmente a nivel de las glándulas suprarrenales (situadas en la parte superior de los riñones), ocasionando el aldosteronismo primario (caracterizado por el incremento anormal de la secreción aldosterona la cual retiene sal y agua en exceso con lo que se eleva la presión arterial) o el feocromocitoma (caracterizado por la producción excesiva de catecolaminas que elevan la presión arterial).

También alteraciones en la función de la glándula tiroides pueden ocasionar elevación de la presión arterial y es otra causa.

Estos padecimientos producen síntomas característicos que pueden hacer sospechar al médico la presencia de la enfermedad. El abordaje del diagnóstico se inicia con diferentes estudios de laboratorio y gabinete.

Lo que ocasiona esta enfermedad aún no se conocen las causas específicas, pero se ha determinado una serie de factores tales como: La herencia genética, la raza el sexo y la edad, que son factores que no se pueden cambiar, pero existen factores que podemos modificar, tales como: la obesidad, la sal, el consumo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales entre otros.

No modificables

Factores genéticos:

La predisposición a desarrollar esta enfermedad está vinculada a que un familiar de primer grado tenga esta patología. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, la evidencia científica ha demostrado que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertensos, las posibilidades de desarrollarla son el doble que las de otras personas con ambos padres sin problemas de presión arterial.

Sexo:

Los hombres tienen más predisposición que las mujeres, hasta que éstas llegan a la edad de la . A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala. Esto se debe a que la naturaleza ha dotado al género femenino con unas hormonas que la protegen mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las jóvenes que toman píldoras anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología cardiaca.

Edad y raza:

La edad es otro factor que influye sobre las cifras, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y lógicamente se encuentra un mayor número que padece esta anomalía a medida que aumenta la edad.

En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor pronóstico.

Causas modificables

Sobrepeso y obesidad:

Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La frecuencia de la hipertensión arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal.

No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la hipertensión, o si hay un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.

¿Puede el estrés ser causa de hipertensión arterial?

Algunos subgrupos de personas con antecedentes familiares de hipertensión podrían resultar más sensibles al efecto del estrés y contribuir éste al desarrollo de hipertensión en el futuro.

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