Yoongi tomó coraje y abandonando el frío de la calle entró a la tienda ya por quinta vez en la semana.
Hoy era el día, dejaría de "mirar" —porque sí, el azabache no admitía su dicho acoso— al lindo chico llamado Hoseok para ahora hacer su arriesgado plan.
Sintiendo sus mejillas arder se acercó a la caja y miró de cerca a la persona más bonita que sus ojos habían podido apreciar en toda su vida.
—¿En qué puedo ayudarle? —Yoongi sintió a su corazón dar un vuelvo al escuchar su voz. Pensó que no podía volverse más perfecto pero al levantar la mirada y ver su sonrisa, oh dios. Se sintió morir.
—E-eh... sí... buscaba decoraciones para mi árbol de navidad.
Lo cierto es que Yoongi ni siquiera tenía un árbol de navidad, pero vamos, ese detalle pequeño no era importante.
—¡Oh! Hay muchos tipo de adornos, déjeme mostrarle. —Hoseok, quien Yoongi sabía el nombre ya que lo había escuchado "casualmente" de la dueña de la tienda, salió del mostrador para mostrarle unas rojizas bolitas.
—S-son muy hermosas... —"como tú", evitó continuar Yoongi.
—¡Lo son! —el castaño mostró sus hoyuelos y el azabache desvió la mirada, no queriendo ser tan evidente.
De aquella manera Hoseok le siguió comentando sobre todas las decoraciones existentes pero el azabache le perdió el rastro a mitad de camino, sólo podía concentrarse en el movimiento de los labios rozagantes de Hoseok o en su cabello al parecer muy suave que caía sobre su frente.
—Y eso es todo, ¿qué llevará? —Yoongi entró en razón y movió sus manos nervioso, no sabía qué responder ya. Y una gran tristeza se instaló en su corazón porque no sabría cómo mantener conversación y se tendría que ir, entonces no volvería a ver al radiante chico nunca más.
En ese momento entró en pánico y así fue como dijo lo primero que se le cruzó por la cabeza.
—Diría que llevaría aquellas lucecitas... —Yoongi señaló con su dedo índice hacia el estante que las contenía— pero yo creo que tú brillas más que ellas, ¿no podría llevarte a ti?
Silencio.
Yoongi pensó que la había cagado, que se había pasado al decir semejante cosa pero luego de unos minutos decidió levantar la mirada encontrándose con las mejillas rojizas de Hoseok y pensó que ninguna persona podría ser más adorable.
Tal vez no la había cagado tanto como pensaba.
—H-hm... la tienda cierra en una hora... —murmuró Hoseok avergonzado.
—Puedo esperarte todo lo que quieras.—sonrió— Y por cierto, soy Min Yoongi...
—¡L-lo siento! No me presenté correctamente, soy Jung Hoseok.
Al final, Yoongi siguió yendo a la tienda día tras día, decidiendo comprar un árbol de navidad pero ya sin necesidad de decoraciones. Puesto a que su Hobi iluminaba demasiado el lugar.
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