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—Principe, debe comer algo. —

La dama de servicio estaba comenzando a exasperarse por la actitud del nuevo príncipe, ni siquiera se dignaba a dirigirle la palabra y en los tres días que habían pasado no acepto ni las ropas o alimentos que se le traian a su recámara, eso traería problemas para ella y su familia, el muchacho parecía no tomarlo en cuenta.

—Principe MingHao, enfermara si no come y cambia sus vestimentas, las noches son frías aquí y lleva ropa muy fina, por favor acepte lo que le traigo, se lo ruego.—

La mujer esta al borde del llanto y él joven solo le aparto la mirada desde que comenzó a hablar.

—Basta, retirate. Desde hoy yo me encargaré de él, no abra represaría en tu sueldo. —

La mujer salio casi despavorida del lugar, ni más ni menos que su rey le hablaba, tras una gran y rápida venia los dejo solos.

Él rey Kwon, quien ahora portaba su imperial vestimenta haciéndolo lucir serio y sabio, escrutó con su mirada todo el gran cuarto que designo al ahora "príncipe MingHao", puesto que no le permitiría conservar lazos con JunHuí, ni siquiera su nombre en chino sería usado al llamarle. El cuarto tenia la comida de lo que parecia ser los últimos días amontonándose en una mesa, y las ropas que mando a elegir para él se encontraban en el piso.

Veo qué no te agrada mi gentileza, o solo quieres mostrar tu aberración a mi.

Kwon camino hacia la cama del menor, este se alejo un poco como respuesta.

He prometido no lastimarte a ti o a tu hermano, ¿aun así me temes? —

El rey comenzaba a disgustarse con el silencio del muchacho, hasta que vio a este vacilar, como si no supiera si decir algo o callar, lo alentó con su mirada y un gesto de su mano a que procediera.

Mi... Mi nombre, no es MingHao... Y extraño a mi hermano, estoy solo y... No entiendo el idioma que las mujeres de aquí hablan, solo entiendo que ese... No es mi nombre.

El joven murmuro con la mirada gacha y el dolor afligiendo su joven rostro, Kwon quiso disfrutar de ver que lo más querido por Wen sufría, pero algo en él dolió al verlo, después de todo, es solo un niño. Maldijo a su débil corazón.

Te he nombrado MingHao frente a todo mi pueblo, para mantenerte a salvo, si alguien se enterará de tu parentesco con Wen o sangre china, muchos vendrían tras tu cabeza por venganza a tu hermano. —

Mentirle a un niño, a veces era lo mejor, aunque en esa mentira, había algo de verdad.
Tras hablar se acerco al joven y tomo asiento a su derecha, tomando la pequeña mano de este entre las suyas.

Cuando tu lo desees mi príncipe, conseguiré el mejor maestro para enseñarte nuestro idioma; y ya no te sentirás perdido entre la gente de aquí.—

El menor poco a poco dejo de llorar, pero hizo un gesto de negación ante las ultimas palabras de Kwon, este solo suspiró.

Si seguirás ignorando a las sirvientas que solo velan por tu bien estar, tomaré otra medida hacia ti. Esta noche todas tus cosas serán llevadas a mis aposentos, y veremos si a mi me niegas algo. —

El joven príncipe agrando sus ojos al escucharle, con miedo, y fue en ese momento qué él rey se levanto y tomo rumbo a la puerta de la habitación, cerrándola. Ignorando las llamadas del muchacho y palabras de perdón.

A veces... También había que darle pequeños sustos a los niños, para que aprendieran su lección.

Cuando adolescente, a SoonYoung se le dio la tarea de alimentar al pueblo de su padre tras una sequía que arrasó con todos los cultivos. SoonYoung paso desvelo dos noches, debía alimentar a la gente y no encontraba otras vías para lograrlo; para el tercer día y con casi nulas provisiones, su padre le impuso que si a la siguiente salida del sol no arreglaba la situación la gente comenzaría a sufrir y él seria hechado de la familia real, un repudiado.

||War of kingdoms|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora