En los días posteriores a aquel evento que guardaba en su memoria a largo plazo, siguió suspirando con el simple recuerdo de esa alucinación preciosa que tuvo. Lo hacía ya que no podía olvidar tan linda sonrisa o esa mirada brillante, incluso percibía el aroma a canela sutil cada vez que se concentraba y cerraba los ojos. Se había enamorado de un espejismo y nada más.
¿Cómo pudo pasarle eso? Él era un hombre centrado en la ciencia, investigación, ingeniería, con principios basados en lo tangible, probado, comprobable y... ¿por qué tuvo ese sueño estando despierto en medio de la dulcería? Tal vez porque no durmió demasiado en los días anteriores al suceso debido a que tenía que terminar su nuevo proyecto, el que consistía en un sistema de rastreo mediante... ¡A quién podría importarle eso cuando una y otra vez recuerdas a ese ángel! ¡A nadie!
—Necesito distraerme un rato — si bien su trabajo no tuvo repercusiones debido a sus suspiros y sueños llenos de flores en donde ese ángel abría sus alas blancas y le invitaba a volar hasta el infinito, debía admitir que estaba un poco frustrado — ¡vámonos entonces!
Spanner dejó de lado todo, en sí su trabajo del día, y decidió salir a caminar un rato. Se colocó una polera encima de su overol, limpió sus manos y rostro por si tenía alguna manchita de aceite, tomó una piruleta de fresa y estiró sus brazos mientras descendías las escaleras. Marcó su tarjeta y decidió tomarse un par de horas de almuerzo, ya después le cobrarían el retraso en la entrada. No era como si lo fueran a despedir, después de todo... no podrían encontrarle un reemplazo así de fácil. No era por creerse lo máximo, sólo era honesto. Su jefe y su departamento dependían de todas sus ideas y capacidades de materializarlas mediante cables y circuitos, por eso le daban ciertas libertades junto con mínimos regaños cuando decidía ser infantil y escaparse
Recorrió las calles cercanas, miró a gente diversa en el trayecto, se compró algo de comer en una cafetería y siguió con su paseo, eso hasta que vio una juguetería. Si le gustaban los dulces, ¿por qué no le iban a gustar los juguetes? Mucho más porque podía convertir uno de esos en una máquina de exploración o sacar ideas para alguna cosa que beneficiara a...
—Estoy alucinando de nuevo — murmuró cuando se detuvo afuera del local y a través del cristal distinguió a su más bello sueño — no puede ser — refregó sus ojos para asegurarse de que todo fuera real... y sí — ¡Es él!
Ni siquiera lo pensó, sólo ingresó a la juguetería y caminó en dirección del pasillo en que se suponía estaba aquel ser tan angelical, pero... Ahora que lo pensaba, ¿no estaba siendo muy impulsivo? Esa no era su forma de actual natural, él siempre analizaba sus acciones y estrategias, aunque de vez en cuando se arriesgaba a apostar por algo que parecía imposible... entonces... ¿Por qué no? Apresuró su paso por los pasillos, que en esa ocasión se le hicieron infinitos, y con ánimo se detuvo al inicio del que le correspondía... ¡Pero nada!
Suspiró pesadamente porque estaba enloqueciendo, tal vez tenía que ir al médico a hacerse una revisión... o tal vez no
Escuchó un par de palabras que no llegó a comprender y al detectar el origen se dirigió hacia allí. Dos pasillos de diferencia, y sí... no fue una alucinación, no podía serlo cuando aquel ángel hablaba con otra persona en aquel pasillo en donde el tono rosado predominaba. Sin embargo... ¿Porqué de pronto un ligero estremecimiento invadió su cuerpo y pasmó sus músculos? No lo supo, tampoco pudo combatirlo y sólo permaneció quieto admirando como, a pasos calmos, aquella persona se alejaba de ahí.
¡Reacciona Spanner! ¡Reacciona! ¡Corre! ¡No dejes que se escape! ¡Ataca!
Mas, sólo pudo dar dos pasos y lo siguiente que vio fue el piso. ¡¿Qué rayos le pasaba a su normalidad en ese día?! Soltó el aire mientras sujetaba su frente porque la caída fue fuerte... dolió y mucho. Incluso se llevó con él a varios paquetes de muñecas y armó un escándalo digno de un travieso niño maleducado. ¡Genial!... de nuevo perdió la oportunidad
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Conquistando a una ilusión
Fanfiction¿Cómo podría compararte con alguien corpóreo si tu belleza supera la de cualquier humano? Y, sin embargo, ahí estás, tan cerca de mí. Tal vez exagero, tal vez no lo hago. Lo único que tengo claro es que caí rendido ante ti. 4827