Capítulo 3: Dulce amor

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El primer encuentro no fue nada bueno como era de suponerse, el castaño parecía nervioso y se fue en cuanto tenía todas las cosas que compraría, eso, aunque Spanner esa vez sí desechó su estupidez momentánea y mostró lo verdaderamente serio y amable que podía llegar a ser.

Sin embargo, no se iba a rendir por una derrota así.

La segunda ocasión fue más casual, Spanner tenía elegido su nuevo dulce para probar y el castaño recién llegaba a adquirir los suyos, así que una leve conversación se pudo dar antes de que el rubio tuviese que irse ya que tenía algo pendiente que hacer, y por única ocasión no se quedó a ver a Tsunayoshi por un tiempo extendido.

Las otras veces coincidieron en otros lugares, como en una cafetería, y eso ya no podía ser tomado como acoso porque Spanner hace mucho que iba allí. Por lo que dedujo, el castaño era nuevo en la ciudad pues a veces parecía perdido entre las tiendas en donde ingresaba y el rubio amablemente ayudaba a su ángel si es que era necesario. Fue así que pasó un mes, uno lleno de raros encuentros y una incomodidad que desaparecía poco a poco



—Debo agradecerte por guiarme — un mes... un largo mes después de que, al fin, la tensión desapareció — no sabría qué hacer si llegaba tarde — Spanner vio una sonrisa sincera, hermosa y brillante dirigida hacia él. Nada mejor que ese detalle

—No hay problema — sonrió el rubio más feliz de lo que debería estar alguien a quien se le dedica una sonrisa

—Sabes... debo decir que ahora no me pareces una mala persona — confesó Tsuna un tanto avergonzado pues en las últimas ocasiones en donde se encontró al rubio, éste se ofreció a ayudarlo en lo que necesitase y no volvió a decirle aquellas cosas tan vergonzosas como las que se dieron en la juguetería — bueno...

—Lamento haber sido tan intenso al inicio, pero cuando algo me interesa no puedo dejar de pensar en ello y tratar de obtenerlo

—Eso suena muy raro — soltó una risita baja por la respuesta del otro

—Ah... lo siento de nuevo — rascó su nuca mientras mentalmente meditaba sus palabras — a veces no me doy cuenta de que te asusto

—Eh... no es eso... sólo que tus palabras me impactan a veces — sonrió nervioso mientras hacía un gesto negativo con su mano — como tu manía de decirme "ángel"

—¿Te desagrada?

—Es que no creo conveniente que un chico sea llamado así, ¿por qué mejor no me dices Tsuna?... Me he acostumbrado a eso

—Ya veo — miró el destino del castaño a sólo unos metros y suspiró — creo que es momento de despedirse

—Debo agradecerte esto de alguna forma — Tsuna sonrió al leer el nombre del edificio que buscaba

—No aceptaría un pago por algo que hago de corazón — sonrió con galantería espontánea — pero puedo aprovecharme un poco de eso

—No me asustes — bromeó, aunque tal vez sólo era una advertencia

—Podemos ir juntos a la cafetería en alguna ocasión — ¿nervios? Un poquito. Spanner sentía un nudo en su estómago mientras esperaba una respuesta, unas ganas inmensas de abrazar al castaño que hacía un gesto al ladear la cabeza mientras pensaba, incluso quería besarlo, pero sabía que nada de eso sería correcto. Sólo debía esperar

—Si es sólo eso, puedo aceptar — ¡Punto para Spanner! — pero tendrá que ser en la mañana

—¿El jueves a las 10? — casi olvidó respirar al escuchar la afirmativa que le habían dado, pero se controló para soltar una hora precisa

Conquistando a una ilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora