El sueño

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                                              Capítulo VI

Cuando me giró y me pegó junto a él, yo solo tenía una cosa clara, como era obvio, el besarle, pero algo me decía que no, que no debía, que no era el momento. No se si era su respiración irregular que me decía que no estaba seguro o si era porque apenas lo conocía, sólo sé que yo no estaba preparada, de todas maneras, pasara lo que pasara nunca lo pude saber, puesto que el sonido de unos pasos acercándose hizo que me separara tan rápido como si me hubiera dado un empujón, aunque él no se hubiera movido del sitio.
Cuando miré me encontré a Edna. Paralizada y tan quieta como una roca y con una cara de sorpresa enorme, mirándonos a los dos, como si hubiera fuego y nos estuviéramos quemando. 
-Ho-hola- Dijo entrecortada 
-¿Qué quieres? - Preguntó Fer con una chispa de enfado. 
-Venía a decirte algo y- Se giró hacia mí- preguntar una cosa a Charlotte.
Yo comprendiendo la indirecta me giré hacia la puerta y dije:
-Vale, luego me lo preguntas, os dejo solos.
Dicho esto abrí la puerta y eché un último vistazo al pasillo (más bien a Fer), y cerré la puerta.
Una vez dentro y bien cerrada la puerta, me apoye en la pared y sin darme cuenta me fui cayendo hasta el suelo. Entonces es cuándo tuve curiosidad por saber de qué hablaban, así que no se me ocurrió otra cosa que espiarles. Puse la oreja en la puerta e intenté escuchar. 
-¡Pero tú estás loco! Si te llega a ver Kate, estás muerto. 
-Bueno... Y que me querías decir tan importante-Le cortó Fer.
-Madre mía, menos mal que te he visto yo, que si no... -Continuó Edna sumida en su mundo.
-Edna
-Pero tú sabes lo sobreprotectora qué puede llegar a ser Kate
-¡Edna! Ya basta, ¡tú no tienes porqué meter en mi vida! Tampoco ha sido tan malo y sólo, como has dicho, nos has visto tú.-Respiro hondo-¿Y a que venías?-Preguntó Fer.
-Mmm... tenemos caza hoy.-Respondió Edna tranquilamente. Me pareció que dijo. No se escuchaba bien.
A esa respuesta yo me sobresalté. 
-¿A qué hora?-Volvió a preguntar. 
- A las nueve de la noche. 
-¿Tan tarde? 
-Sí, no queremos entrar en su casa, ya pues tienen todas las armas a mano, preferimos pillarlos desprevenidos. De todas las maneras, lo hemos hablado en la reunión del desayuno, por cierto, que alguien no ha venido.- dijo Edna con reproche
-Ya... Es  que me he quedado dormido 
-Si, seguro, no sé qué harías sin mi hermano- Dijo Edna
-Bueno... Tenemos que ir a comer, te veo en el comedor que yo tengo que pasar acoger una cosa en mi habitación. Adiós.
- Adiós - Se despidió Edna


Cuando se fueron, (y comprobé bien) salí y fui directa al comedor. Suerte que no me perdí y lo encontré. Comimos y cada uno se fue por cada lado, yo me fui a mi "habitación" por así decirlo, porque era la enfermería que me llevaron el día anterior. 
Me tumbé en la cama y me puse a pensar sobre todo, y de repente me di cuenta de que necesitaba comprarme ropa y que estaba muy cansada, si eso también, pues decidí que me echaría la siesta y luego compraría ropa.
Me eché en la cama y cerré los ojos

Estaba oscuro y de repente sentí que alguien, más bien algo me arrastraba y noté un dolor terrible, cerré  los ojos esperando que se pasara, y.... Pasó, ya no sentí nada , y decidí abrir los ojos. Estaba en un salón con dos personas un chico y una chica ,que nadie me veia, y... ¿Se estaba peleando con él? Si, parece que si. Yo estaba en un segundo plano, como si observara desde fuera, pero pensaba como ella, era raro a si que intenté despertarme pegándome pellizcos pero no funcionó, como no tenía nada mas que hacer presté atención de lo que decían:

-¡Que la magia no existe!-Grito él
-Porqué?- Dije yo, estaba muy asustada porque la chica se quedó callada y yo lo dije, mi voz salió de su boca, todo lo que decia lo decia ella, y entonces comprendí, tenia que discutir con el para salir del sueño.
-Que?
-Acaso yo te he impuesto lo que yo creo, te impuesto que si existe. No, claro. Piensa lo que quieras, a mi me da igual. Pero..., tú crees en la magia inexplicable, la que intenta dar una explicación a algo que no sabemos como funciona, yo creo en otra-Me quede mirándolo fijamente.
-A si ? ¿Cuál?
-En la de esos momentos, - suspire - como cuando una madre ve por primera vez a su hijo, cuando te dan el primer beso... No se, para eso ya estás tú. -puse un tono más duro- Pero no me vuelvas a decir que no existe la magia y que no crea en ella, si tú ni siquiera la conoces. Esta bien, -levanté las manos- nada ni nadie han demostrado que existe, pero...- baje las manos y sonreí- tampoco han demostrado lo contrario. A si que - bajo la mirada, cuando me acerqué un poco a el- no vuelvas a sacar ese tema cuando éste presente.

Nos quedamos callados los dos, me levante de la silla y me fui por donde entré.

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