¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Al fin voy a escribir lo que me ha ocurrido! Pero ¿podré? ¿Me atreveré? ¡Es todo tan extraño, tan inexplicable, tan incomprensible, tan insólito!
Que la lógica y la razón no me ayudaran a que usted me crea, todo a lo que yo me podía sostener ¡Oh Dios mio! ¡Ya no está! ¡Y todo gracias a lo posee!
Querida persona desconocida podrá ver que además de mi última carta dirigida a esta dirección, hay dentro del paquete una caja, yo por miedo, por angustia, por temor, decidí deshacerme de aquella cosa monstruosa.
Le contare mi historia para prevenirlo, está en usted la decisión de eliminar cualquier rastro de la caja o dejar que su curiosidad gane la batalla y abrirla.
Yo aunque no lo crea fui joven, un pequeño ser humano que creía en la magia, las brujas, los dragones, las hadas... Pero sobre todo en las princesas, y en mi pueblo natal, Alaraz, la encontré, mi vecina, la señorita Lara.
Lara, hasta su nombre era tan hermoso como una ninfa, era una joven de unos 16 años, sus labios carnosos y rosados con su nariz pequeña y ojos verdosos adornaban su rostro pálido ovalado y su cabello rubio caía delicadamente sobre sus caderas estrechas, pero su aspecto físico no fue lo que me enamoró, Lara era una mujer romántica y con ganas de renovarse, nunca se detenía, fue una de las mujeres que en tantas ocasiones solía hacer todo de su parte para que su vida cambiara. Le gustaba hacer grandes cosas pero la verdad es que hacía todo para crecer. A veces era un poco egoísta pero tenía un buen corazón.
Pido disculpas por divagar en esta persona, pero creo oportuno que supierais todo con los máximos detalles, sin más preámbulos continuó narrando.
Un día caminando por la cercanía de mi pueblo, los aldeanos fueron a decirme que mi madre habia decaido en salud y que debía volver a casa.- Hijo mio, perdona a esta mala madre.
- ¿Mala madre?
- Si... Antes de desfallecer, pedi un prestamo a la señora de la mansión donde trabajo, empeñando así la casa.
- Pero... ¿Entonces yo qué voy a hacer, madre?- Lo siento... -
Y esas fueron sus últimas palabras.
La verdad, esa misma noche empezó mi sufrimiento, yo siendo un chaval ingenuo en aquellos tiempos, no entendía la codicia, la maldad, el egoísmo que habitan en las personas, ojala pudiera regresar al pasado y gritar con un puñal al viento a la persona que llamaría a la puerta y la dueña del interior de la caja.
La lluvia caía fuertemente esa noche, parecía que no iba a parar, la luz de los rayos que penetraba por la ventana era lo único que iluminaba el cuerpo sin alma de mi madre y a mi.
*Tock Tock*-Buenas noches ¿Señor Wilson?
- Por favor, prefiero señorito.
- Bueno... Da igual, vengo a presentarme, soy la señora Osuna, su madre, que en paz descanse, le habrá informado de su situación.
- ¿Cual exactamente?
- Su madre, que era mi ama de llaves, dejó su puesto libre y ya que necesito un mayordomo, pensé que...
- Estaría encantado de ser su mayordomo.
- No importa, quería cortar lazos de todos modos con ustedes, pero viéndolo así, un muchacho tan joven, desamparado...
- Le he dicho que acepto.
- ¡Oh! Entonces todo perfecto. Mañana a primera hora le esperó en mi mansión. No tarde...
Y como vino, se fue, camino hacia el carruaje que la esperaba en la entrada, se montó y el viejo que lo controlaba azotó a los 4 caballos y emprendieron su viaje de vuelta a casa.
Ojala hubiera dicho que no, créame aunque me hubiese muerto de hambre y hubiese vivido debajo de un puente, habría sido mejor que este sufrimiento.
¡Ahora que me escucha!¡Ahora que me presta totalmente su atención! Ahora es cuando debe tener la mente abierta y pensar que todo esto es real.
Ya era de mañana y a primera hora, como prometí, yo estaba enfrente de la mansión de la señora Osuna, la entrada era muy espaciosa rodeada por un gran muro. A continuación había un amplio jardín donde, a mano izquierda, se podía visualizar un gran terreno, para practicar golf. Al cruzar el terreno se encontraba una pista de tenis. A mano derecha de la entrada se podía encontrar un pequeño lago, junto con grandes mesas para poder jugar al poker, al bridge y al ajedrez en días de grandes reuniones o fiestas importantes. Desde la verja de la entrada había caminos que rodeaban una gran fuente.
Al cruzar la fuente había una gran mansión en forma de U de dos plantas, con una gran puerta en el centro, tiré de una cuerdecita, que colgaba del techo, y un timbre sonó tras la madera.
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Cuentos Para No Dormir
FantasyColecciono tu historia, mi historia, todos los cuentos que impedirán que cierres los ojos sin tener una pesadilla, si estas aburrido, cansado de tu vida ordinaria y quieres descubrir cosas nuevas y fantásticas ¡Este es tu libro! Relatos Fantásticos...