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Abre los ojos de par en par al escuchar el sonido de su timbre.

8:57.

Hace frío, al asomarse a través de la ventana puede comprobar que está lloviendo.

Echa un vistazo a su torso desnudo y de inmediato desliza una bata por sus brazos, atándola justo al frente de su pecho.

Destraba la puerta y la abre, rueda los ojos al ver su cabello rubio, está de espaldas, luce como si estuviera mordiéndose sus uñas. Él la conoce tan bien que apostaría a que es justo lo que está haciendo.

— ¿Qué haces aquí?

La mujer se da media vuelta. Sunwoo siempre ha estado sorprendido de su belleza, incluso con el pómulo levemente morado y pequeñas ojeras bajo sus ojos sigue siendo preciosa. Su vientre está incluso más grande que la última vez.

Cierra los ojos por apenas un segundo, intentando recordar la última vez que se reunieron.

Cuatro meses.

Le entrega un sobre blanco, SunWoo asiente en agradecimiento. Se obliga a sí mismo a soltar las palabras enredadas en su lengua. — Existen los correos. También las cuentas bancarias. ¿Por qué estás aquí?

— Quería saber cómo estabas— Le responde como si estuviera asustada. Lo está.

— Estoy bien, gracias por venir.

Es su turno de asentir, Sunwoo anticipa su próximo movimiento por lo que se hace dos pasos hacia atrás. No necesita su toque. La rubia luce decepcionada. Pero es todo lo que él puede ver porque apenas unos segundos más tarde la mujer gira y camina hacia el ascensor.

Cierra la puerta.

En el sobre hay dinero. Como los que recibe cada cierto tiempo. Se sorprende al notar que hay suficiente como para al menos otros seis meses, y aun le sobra algo del último que recibió.

Se sienta en su cama suspirando. Por mucho que quiera ignorar el hecho de que le duele en lo que se han convertido no puede.

Ella, su madre. La mujer que le dio la vida y se la quitó.

Sacude la cabeza porque ella no lo es. No se supone que una madre luzca como ella. Una madre no escoge a nadie por encima de sus hijos.

La vida de Kim Sunwoo jamás fue interesante, ni siquiera en su adolescencia. Recuerda que nunca le interesó salir con las chicas que siempre le perseguían, tampoco se preocupaba por amigos, siempre fue solo él, Chanwoo y Younghoon.

Su vida jamás fue interesante, pero cuando cumplió quince años dejó de ser aburrida para convertirse en terrorífica.

Todo comenzó cuando Younghoon se metió a su habitación una madrugada. Le besó la frente y silenciosamente le dijo que no podía hacerlo más. Se disculpó un millón de veces y le acarició el cabello hasta hacerlo dormir. Y cuando despertó de nuevo, descubrió que no era una pesadilla.

Había dos oficiales en el salón, su madre lloraba desconsolada mientras que el hombre a su lado intentaba explicar lo que había pasado.

Kim Younghoon. 17 años. Desaparecido.

Su hermano lo dejó justo cuando todo comenzaba a desmoronarse. Incluso más que antes. El Sunwoo inmaduro y egoísta quiso odiarlo, pero no podía culparlo. Él habría hecho lo mismo si hubiera sido posible.

Recuerda ese día y su corazón se estruja de dolor. Perder una de las personas más importantes de su vida.

Pasaron dos meses de absoluta calma. Nadie nunca dijo nada. Él tampoco.

Y entonces un martes en la noche volvió a pasar. Lo único que tenía, lo único que amaba.

Kim Chanwoo tenía cinco años y su padrastro estaba borracho. Lo demás es borroso para él.

Pero recuerda los gritos y el llanto de su pequeño hermano. Recuerda también las súplicas de piedad, esto último proveniente de su madre. Recuerda las manos del hombre manchadas de sangre y el cuerpo lleno de hematomas de su hermanito.

No hubo policías esa vez.

Y al día siguiente todos fingieron que nada había pasado. Pero él no podía eliminar el recuerdo de sus ojos oscuros pidiéndole ayuda.

Así que corrió. Sin rumbo y con miedo. "Nada podría ser peor que seguir ahí" se mencionó.

No supo cómo ella lo encontró, pero le ofreció dinero y un boleto de tren hasta Seoul.

Desde entonces ha estado viviendo por su cuenta. No quiere saber nada del resto.

Su celular suena, entonces nota que no es la primera vez. Tiene varias notificaciones, pero las ignora.

No tiene ganas de Haknyeon ahora.

[...]

un poquito de la historia de sunwoo porque era necesario

wrong | sunhakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora