VI

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Haknyeon aprieta el celular en sus manos con el ceño fruncido. Es el cuarto mensaje que envía y que, como los primeros tres no ha recibido una respuesta. Está siendo un imbécil paranoico y lo sabe, pero es que Sunwoo no ha respondido a ninguno de sus llamados. Y lo extraña, ha estado ocupado con su carrera y la academia de baile, lo que trae como consecuencia una semana entera sin verlo. Francamente le asusta la necesidad que tiene por el menor, pero de igual forma le gusta.

Ambos se convirtieron en personas fundamentales de su día a día desde hace semanas. Los coqueteos son su principal fuente de comunicación. Tanto físico como online. Y no puede evitar la revolución de sentimientos que se desata dentro de él.

Por su parte Sunwoo tiene un montón de pensamientos en su cabeza. El suave y poco seguro toque de Haknyeon en cualquier parte de su cuerpo cada vez que están juntos en cualquier lugar. Su sonrisa traviesa cuando hace algo que sabe que le hace perder los papeles. Su mirada profunda que demanda atención siempre que sus ojos se desvían un segundo de los de él. Pero sobre todo su necesidad por tenerlo más y más cerca.

Relee los últimos mensajes en su correo de entrada y sus ojos se oscurecen en una decisión.

Toma su billetera y sus llaves y rápidamente se dirige a su encuentro.

La puerta se abre lentamente, alimentando el nerviosismo creciente en su organismo.

Mira a los ojos oscuros del mayor cuando éste finalmente se para frente a él. Tiene el labio inferior atrapado entre sus dientes, Sunwoo puede notar el leve tono rojizo de éste, sabe que Haknyeon tiene como hábito morder sus labios incluso sin darse cuenta, por lo que sonríe ante esto.

Al mayor no le da tiempo de preguntarle si algo está pasando porque apenas sus labios se entre abren Sunwoo elimina la distancia y los atrapa entre los suyos.

Después de unos segundos en los cuales Haknyeon permanece inmóvil comienza a moverse lentamente contra sus labios. La timidez opacándose por el deseo, sin embargo no desaparece del todo de los movimientos del castaño. Sus manos se posan casi con inseguridad en sus hombros, pero Sunwoo se encarga de reafirmar el tacto al acercarlo aún más por la cintura.

El beso no es ni rápido ni lento, pero demuestra la necesidad de ambos porque el toque entre ellos surgiera.

Cuando el bailarín comienza a respirar agitadamente por su nariz entre el húmedo beso, Sunwoo sabe que tiene que detenerse, pero Haknyeon es tan enfermizamente adictivo que se le hace complicado. Sin embargo se aparta lentamente sin retirar sus manos del cuerpo ajeno.

El sonrojo sube por sus mejillas y un calorcito se instala en su pecho, a los ojos del menor se ve completamente adorable.

Es su primer beso. Y definitivamente ninguno de los dos planeaba que sucediera. Sunwoo no sabe que lo poseyó, pero al verlo después de esa semana en la que no estuvieron juntos no pudo evitar abalanzarse hacia él. Era algo en lo que tenía tiempo pensando y que no podía posponer más.

— ¿Pasó algo? No respondías mis mensajes pensé que...— Su discurso se ve interrumpido por los labios del otro. Sonríe entre el beso, es sorprendente lo mucho que le gusta el dominio del moreno sobre él.

Sunwoo acaricia sus labios con su pulgar, ignorando por completo la pregunta anterior. — ¿Puedo pasar?

Haknyeon se colorea aún más mientras asiente, haciéndose a un lado para dejar entrar al muchacho. Lastimosamente sus manos ya no están sobre su cuerpo.

Su casa no es precisamente grande, apenas tiene una habitación, un baño, una cocina mediana y el salón. No fue fácil para él, pero cuando se hizo mayor de edad no pudo perder la oportunidad de huir de las garras de su madre sobreprotectora. Por suerte su padre fue lo bastante comprensivo como para aceptarlo y, de paso, ayudarle con dinero, porque entre la universidad y la academia de baile no tiene tiempo para un trabajo.

Sunwoo se sienta al final del sofá de cuero, y no se espera para nada que el castaño se acueste sobre éste con su cabeza en su regazo. Sus manos se abren paso por su cabello para llegar hasta sus labios. La imagen de Haknyeon con los ojos cerrados, sus belfos hinchados y su nuez y sus clavículas marcadas es... provocadora. Y cuando se acerca nuevamente éste se prepara para su tercer beso.

La posición es incómoda pero no les impide disfrutarlo igual. Sunwoo no sabe cómo Haknyeon termina sobre su regazo, pero no le molesta para nada.

El mayor se aparta sutilmente del beso, sorprendido de que el moreno sea tan fogoso. Murmura algo aun desde su regazo y el chico asiente.

Sunwoo tiene problemas para dejarlo ir. Ese siempre había sido su miedo, desde el momento en que lo conoció lo supo, una vez que lo besara no iba a ser capaz de detenerse.

Sin embargo el castaño se remueve sobre él hasta liberarse. Le dedica una sonrisa amable cuando lo escucha gruñir y deja un pico sobre sus labios.

— ¿Algo interesante durante la última semana?— Pregunta una vez regresa con un vaso de coca-cola en una mano y una limonada en la otra. Sentándose esta vez un poco más lejos del chico.

El mayor niega a la vez que deja salir una risita gastada. — Prefiero oírte a ti.

En los ojos de Haknyeon vuelve a aparecer ese brillo tan característico suyo. A Sunwoo le gusta cuando el chico es travieso, pero prefiere al Haknyeon tímido. Al que se avergüenza con el mínimo coqueteo.

— Nada interesante— suspira. — Te extrañé.

El moreno presiona un beso contra su sien. Uno delicado, sin segundas intenciones. — También yo.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2020 ⏰

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wrong | sunhakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora