Amor inexplicable ( historia corta)

16 3 0
                                    

Cada vez que pasabas por el frente de mi casa...

Sonreía.

Y es que nada me hacía más feliz, solo verte sonreír me inundaba el alma de regocijo.

Y tú allí con tu mirada de llena de calma.

Y yo con mi ojos llenos de desespero.

Tú tan cerca de mi. Ahí sentada sobre la acera con tus amigas.

Reías a carcajadas, aún lo recuerdo.

Tu cabello ondeando por la brisa que corría aquel mes de marzo.

Para mí, un placer desbordante que fluía por mi poros, solo por verte a lo lejos.

Tan campante andabas y yo cada día a la espera de las 3:25 pm que era el momento preciso en qué regresabas a casa.

Sobre mi ventana, recostado como alguien cansado de la vida.

Veía tu andar, tú cabello y trataba de repararte en solo ese minuto que te veía.

Preso de tus pasos y encerrado detrás de mi ventana.

La chica del cabello negro hasta las cintura, totalmente liso y perfecto, con un brillo intenso que enamora al que lo admire.

3:25 pm y el tiempo se detenía, o corría más lento, que sé yo!

No me importaba nada más, que tan solo verte pasar frente  mi casa.

Mirar tus ojos claros, labios rosados unas veces pintados de rojo y otras de rosado.

Admirar tú silueta al caminar

Ver qué tu cabello se moviera con la brisa, me enamoraba cada día mas.

Y no solo la veía cuando pasaba, pues vivíamos en barrios cercanos y cuando la Vi por primera vez en aquella acera, rendido ante su belleza.

No sé si se dió cuenta de cuánto la observé, tal vez me delaté o quizás no lo hice.

A lo mejor mi presencia ni la notó y de pronto soy invisible para ella.

Me acobardé, pues estaba anodadado con su sonrisa. Quise hablarle ese día. Tal vez no era el momento.

La vi en varias ocasiones por lo que vivíamos muy cerca..

No le hable por miedo a perderla, me hacía feliz tan solo con verla.

Y mi momento mas feliz empezó cuando me di cuenta que pasaba frente a mi casa, rápidamente me aseguré de la hora y noté que eran las 3:25 pm. Amaba ese momento.

Al siguiente día la esperé desde las 2:30 pm pues no podía perderla de vista... Y para mí sorpresa pasó a las mis hora... Desde entonces suelo esperarla para que pase a las 3:25 pm

Era feliz. Estaba contento con verla. Sentía que cada día que pasaba me gustaba más.

Hasta el día que decidí  en acercarme.

Fue el peor día de mi vida.

El día más cruel de mi existencia. Hasta ese día lo creí así.

Ella, no pasó!

No entendía el porque, si el único día de extrañarla era el domingo.

Pero un martes. Era imposible.

Ese día sin ella saberlo me rompió el corazón. Por qué al siguiente día tampoco pasó. Y el día que seguía y seguía.

Fueron dos meses largos que mi vida se entristeció, mi corazón lloraba en silencio.

Por aquella chica de cabello negro que amaba sin conocer.

Todos los días me sentaba tras la ventana a esperar que ella pasara. Y no me importaba esperar tal vez la volvería a ver y eso me haría feliz.

El 1 de mayo llegó una carta a mis manos, y con la sorpresa que me abatía, la abrí y la leí

Querido admirador tras la ventana:

Mi nombre es (...) y cada día que pasé frente a tu casa, supe que me observabas.
Amaba que lo hicieras... y por tal, razón nunca dejaba de pasar.

Lamento no haber vuelto a pasar para  sentir tu mirada sobre mi piel...

Pero hoy soy la que me confesaré.

No entiendo porque nunca me llamaste, si solo pasaba por ti. No vivía cerca de allí.

Cuando salía de clases a las 3:00 de la tarde, caminaba hasta tu barrio y me quedaba en la esquina antes de pasar por tu casa.

Sabía que me esperabas.

Antes de pasar pensaba en que ese era el día en que me hablarías y por fin podríamos compartir miradas frente a frente.

Caminaba con la ilusión de escuchar tu voz preguntando mi nombre, o tal vez la hora, que se yo, cualquier pretexto hubiese sido perfecto.

Te preguntarás como se que que te gustaba y cuando me empezaste a gustar.

Ese día que estábamos tan cerca, yo con mis amigas riendo a carcajadas y tú de reojo me mirabas, lo supe desde ese momento.

No podía evitar analizarte y mientras reía mis ojos te buscaban.

Anhelé que te acercaras. Pero tal vez no era el momento.

Después de eso en varias ocasiones note que me recorrias la piel con tus ojos y comencé a averiguar dónde vivías.

Y desde entonces cuando supe cuál era tu casa no he dejé de pasar por ahí!

Estaba segura que a esa ahora estábas en casa. Y qué tal vez nos podríamos topar por pura coincidencia.

Pasaba cada día con el deseo de que salieras, hasta que el noveno día, noté que te diste cuenta que pasaba, aligere mi paso esperando tu llamada la cual no llegó en ningún momento.

Aún deseo escuchar tu voz diciendo mi nombre y ya que lo sabes lo esperar.

El día de mañana tenemos una cita a las 3:25 pm... Solo si escucho tu voz.

Será el último día que pasé y si no sales  me rendiré ante este amor.

Pero iré con la misma esperanza, con la que pasé el primer día frente a tu casa!




No leas! Es de amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora