Aquella noche, se quedó en los recuerdos de Liro marcada, pues había pasado mucho tiempo en el que no se había sentido tan feliz. Cuándo miraba a Zaëron se sentía mucho más unido a él que nunca, ahora sabía ql podía confiar en el completamente y le gustaba la sensación de poder tener a alguien así otra vez en su vida.
Zaëron lo había recogido de mitad del claro al aparecer. Le había acariciado en la mejilla con cariño, y dejaba divagar sus sentimientos hacia Liro, ahora si sabía lo que estaba pasando en su interior. Verle renacer de la luz de la Luna hizo que su corazón latiera, mucho más rápido que antes. Liro era lo que le sostenía en pie.
Cuándo entraro en la pequeña cabaña, todo estaba como siempre, pero el simple hecho de que, aunque Liro no lo sabía, había aparecido ese pequeño hilo entre los dos que unía sus destinos, hacía que se sintiera más cómodo.
Zaëron fue hacia una pequeña cajita que había traído del pueblo y se la ofreció a Liro. Que la sostuvo sonriendo entre las manos antes de abrirla. Miro en su interior y era un pastel de fresas. Sorprendido le dedicó una pausada mirada a Zaëron y este le sonreía ampliamente.
- Feliz cumpleaños Liro.
Después de eso los dos estuvieron comiendo del pastel durante unos minutos, los dos reían y recordaban las pequeñas anécdotas que habían compartido durante todo ese tiempo juntos.
- Zaëron - Comenzó Liro después de terminar su porción del pastel - He visto a tu madre - Su voz ya no era tan alegre, pero se culpaba a si mismo aun por lo que le había contado Zaëron - Antes, cuándo estuve en ese lugar. Vi a Lara. La reconocí por su forma de acariciarme la mejilla - Sonrió levemente y se puso una mano en la mejilla a si mismo - Se siente igual que cuando me la tocas tú.
- ¿Mi madre? - Empezó Zaëron, el aun sonreía y le tomó de la mano acariciándosela a él- ¿Qué te dijo?
- Me dijo que soy el último guardián, que ahora tengo el deber de proteger el Lago de Plata y, cumplir la profecía. Que toda la energía de la Luna recae sobre mí - Cerró los ojos y después todo aire profundamente intentando relajarse. La verdad que de pronto sentía una presión aún mayor. Su destino le estaba atropellando y no se sentía del todo preparado- Dijeron que confiara en ti.
- Vaya - Sonrió Zaëron que había dejado la mano de Liro para llevar la suya al pelo acariciandolo, lo que hacía que el menor cerrara los ojos en una sonrisa.
- Me hubiese gustado que tu pudieras verla - Entreabrió los ojos y le miraba desde abajo con una pequeña sonrisa.
- Espera, ¡eres el último! - Dijo algo asustado de pronto y apartó la mano. Se puso en pie y se acercó a una de las ventanas mirando por esta - Eso complica más las cosas. Hay que buscar a la orden de Ramio.
- ¿Zaëron? - Liro le miró y le siguió por la cabaña suspirando - ¿Por qué estás tan nervioso?
-No hay tiempo Liro - Se giró y le miró a los ojos durante un segundo - Lo siento - Le puso la mano en la cabeza otra vez, pero Liro no pudo moverse apenas.
- Zaëron...
Liro empezó una frase que no fue capaz de terminar. Lo que había empezado como lo que interpretó, una tensión por sus sentimientos, resultó ser un hechizo de parálisis, seguido de uno de sueño que lo dejó inconsciente en el suelo.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Al día siguiente Liro despertó con un fuerte dolor en el hombro. Algo le estaba golpeando y se le clavaba en la piel. Se incorporó algo incómodo y se miró hacia el hombro. Un pequeño rastro de sangre le recorría la piel por el brazo.
YOU ARE READING
Reino de Nubes.
FantasyLa historia de una lucha entre el amor, la esperanza y la desesperación. Liro, desde tan joven y con un destino quizás demasiado pesado para sus hombros, se ve envuelto en una lucha ancestral por el futuro de su planeta, en la que anteriormente, las...