Capitulo 3. ¿Qué está pasando?

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Cuando dejó solo a Liro, se recostó en el único colchón que había en la habitación. Era algo incómodo, pero más cómodo que el suelo, que era dónde había estado dormido las noches anteriores, y agradecía tener un techo también.

Se movió por la cama y respiró hondo, no tardó en darse cuenta en descubrir que estaba relleno de paja, muy diferente de su relleno de plumas, a lo que estaba acostumbrado. También olía diferente, pero, no le desagradaba del todo.

Miró a su pie, todavía tenía el tobillo dolorido. Lo movió a uno y otro lado, luego respiró hondo y miró el pie. Entrecerró los ojos e intentó hacer un esquema en su mente con todo lo que había pasado desde que le cogió Zaëron y le llevó volando hasta un claro que había en el bosque, en él había una cabaña pequeña hecha con troncos de madera, un pequeño pozo a una distancia prudencial, los árboles crecían en torno al claro muy altos y con fuerza.

"Cuándo dejó a Liro en el suelo, este se había puesto sobre una rodilla otra vez. El pie le estaba jugando malas pasadas desde que se lo había torcido. Zaëron se había acercado mirándole serio.

- Zaëron, ¿me dirías lo que has dicho sobre el destino? – Preguntó algo decidido a saber la verdad – Quiero saber; ¿qué es todo lo dices del destino y lo que va a pasar? ¿De qué conocías a mi padre? ¿Qué es lo que no me dijo? –Su voz dejaba entrever la frustración que sentía.

- Tendrás que esperar príncipito – Le había dicho Zaëron mientras le miraba con algo de superioridad. Parecía que cuando se refería a él como príncipe, algún tipo de rencor le cruzaba desde la garganta hasta los oídos de Liro.

- ¡HE DICHO AHORA! – Liro le gritaba de forma autoritaria, le miraba con el ceño fruncido y en su cara se dibujaba la ira que sentía por Zaëron. De pronto, cómo si hubiese estado acumulando energía durante mucho tiempo, lanzó a Zaëron hacia atrás hasta hacerlo chocar contra uno de los árboles que delimitaban el claro.

Liro no sabía lo que había pasado. No había pensado en ningún hechizo, no había estado acumulando la energía de ninguna forma, pero ahí estaban los hechos.

Zaëron se levantó y le dirigió una de esas miradas que hacían a Liro paralizarse. Era como si pudiera acceder directamente a su alma y paralizarla con solo ese gesto. Cuando lo hacía Liro sentía que no podía contradecirle, que el tema había llegado a su fin.

- Eres más fuerte de lo que parece, ¿ves? – Dijo con esa mirada aún. Se estaba recuperando aún del golpe que había sufrido, pero no quitaba su mirada reprochadora de él – Pero demasiado emocional. Deberías saber controlarte con lo mayor que eres.

Levantó a Liro con un brazo y le llevó entonces dentro de la cabaña. Liro no tuvo mucho tiempo para ver cómo era. Le metió en uno de los cuartos y le dejó en pie, luego ya se había marchado".

"¿De qué va?" Se había preguntado Liro ya en varias ocasiones. Sabía que no le odiaba cuando le miraba así, pero al poco tiempo, se daba cuenta de cuanto desprecio sentía por él. En su vida, nadie se había atrevido a tratarle de esa forma. Quizás era porque era el príncipe, pero, Zaëron era distinto, era él el que intimidaba a Liro, y no al revés.

- Necesito respuestas – Susurró y Llena salió de la mochila y se paseó por la cama a su lado hasta su brazo hasta llegar a la altura de sus hombros – Llena, aún no sabemos nada de Zaëron – Llevó una mano a la cabeza de esta que lamió por su mejilla intentando animarle.

Llena se acurrucó, Liro siguió acariciando su cabeza con una mano mientras miraba hacia el techo con los ojos entrecerrados presionando los labios. Estaba dándole vueltas a todo lo que le había dicho, profecía, destino. Él nunca había creído en el destino. Tampoco sabía si se podía fiar de él, era un completo desconocido después de todo y le había obligado a ir a su casa a la fuerza.

Reino de Nubes.Where stories live. Discover now