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Mamá y papá habían vuelto de su viaje a Los Angeles antes de lo esperado y yo estaba completamente contenta de tenerlos de regreso. Últimamente no tenía con quién hablar. Durante las clases me la pasaba en silencio a menos que tuviese que juntarme con alguno de mis compañeros para alguna actividad pero fuera de eso no intercambiaba palabras con nadie. Apenas terminaba la clase todos salían a reunirse con sus parejas o sus amigos; yo había buscado a Na Ra un par de veces pero siempre estaba con Jaebum y prefería no interrumpirla. A Yugyeom no lo había visto desde hacía un rato, pues al parecer también estaba trabajando en un proyecto para el final de semestre. Y en cuanto a Bambam, bueno, con él solo había mantenido la comunicación mediante mensajes así que casi no habían salido palabras de mi boca.

A veces me ponía a hablar conmigo misma pues la idea de olvidar cómo se emitía un sonido había albergado mi pequeña mente y me había asustado un poco. No había escuchado de casos así pero no quería ser la primera.

Esta mañana me había despertado a tiempo para mi primera clase, incluso me había sobrado bastante tiempo antes de salir de casa. Bambam me había mandado un mensaje para vernos en la biblioteca y hablar acerca de nuestro proyecto, al parecer había hecho un par de bocetos de lo que sería nuestra sesión fotográfica.

― Tal vez llegue un poco tarde ―avisé a mis padres antes de salir de casa. Mi papá se ofreció a ir por mí con la condición de que le llamara unos veinte minutos antes. Acepté.

La primera clase se me hizo eterna pues el profesor se la había pasado hablando sin parar durante las dos horas de clase, cuando por lo general hablaba una hora y el resto era práctica o alguna actividad.

En el pequeño descanso que tuve entre clase y clase, fui a la cafetería por algo de beber.

― Sun Hee ―alguien llamó mi atención al mismo tiempo que tocaba mi hombro suavemente.

― ¡Mark! ―lo abracé y él hizo lo mismo. Abrazar a Mark a veces me aterraba, era tan delgado que sentía que lo iba a quebrar con mi súper fuerza.

Es broma, no soy tan fuerte pero tampoco coy una debilucha.

― Estaba pensando en llamarte e invitarte a salir el fin de semana junto con Jackson. Estábamos planeando ir al cine. Salió esta película en donde...

Mark siempre había sido un fanático del cine aunque él no se consideraba un cinéfilo pero la verdad es que sabía mucho acerca del tema. Siempre que salíamos de la función de cine, nuestra salida se convertía en algo intelectual. Mark solía hablar de la imagen, las luces, el reparto, la banda sonora, etc., mientras que para Jackson y para mí solo era una película más: buena o mala. No había más. Pero tener un amigo como Mark era genial, habíamos aprendido mucho acerca del cine y con el tiempo habíamos comenzado a seguirle las conversaciones.

― Solo no olvides decirme la hora y el lugar ¿de acuerdo? ―dije cuando terminó de contarme a grandes rasgos de que iba la película que quería ver.

― Por supuesto que no. Que te vaya bien en clase, pequeña.

Me despedí de él agitando la mano al aire.

• • •  

― Wow, Bambam. No sabía que dibujabas tan bien ―comenté pasando los dibujos. La verdad es que el chico tenía talento y sus ideas plasmadas en el papel me habían encantado. Había sido tan cuidadoso con los detalles, el maquillaje, todo. Ya estaba entusiasmada por traer todas esas ideas a la vida―. ¿Y qué hay del chico que me comentaste?

― Oh, aún no tengo muchas novedades. Le dijo a mi amigo que lo pensaría y que nos avisaría ―hizo una pausa―. Yo sugeriría que intentes contactar a alguien más, siento que este chico va a decir que no.

― Pensaré en alguien ―le devolví los dibujos―. Me encantó tu propuesta. Bien hecho Bambam.

Me despedí de él y después me dirigí a la biblioteca a entregar el libro que Na Ra me había devuelto hacía unas semanas. Estaba segura de que mi deuda con la biblioteca se había hecho más grande de lo que ya era. Al final tuve que pagar cerca de veinte mil wones. Ya que era temprano para volver a casa, decidí adelantar tarea que tenía que entregar para la siguiente clase. Dejé mis cosas sobre una mesa y fui a buscar un par de libros que me servirían de ayuda, desafortunadamente los dos que quería estaban fuera de mi alcance entonces recordé que al fondo de la biblioteca había unos bancos para que la gente enana como yo pudiese alcanzar los libros que estaban en los lugares más altos. No tardé mucho en ir y venir con el banco, bajé mis libros y entonces lo regresé a su lugar.

― Eh, yo estaba ahí ―dije acercándome a la mesita en donde había dejado mis cosas.

― Oh, Kitty.

― Basta, por favor ―dejé los libros sobre la mesa y me senté frente a él―. No sabes cuánto deseo que dejes de llamarme así.

― ¿Te molesta?

― Pues sí, un poco ―hice una mueca―. Es decir, mis padres se quebraron la cabeza para elegirme un nombre y entonces llegas tú y me llamas Kitty. No me parece justo.

― Kitty es un lindo nombre.

― Para un gato.

― Tengo una gatita que se llama Nora.

― Bien por ti ―abrí uno de los libros.

― ¿Tienes tarea?

― Si, un poco ―respondí sin mirarlo.

Jaebum se quedó en silencio y entonces levanté la vista. Se encontraba muy concentrado en lo que estaba leyendo, su mirada era inexpresiva y su expresión facial se veía muy serena; de pronto frunció el ceño como si algo lo hubiese molestado. Pensé en el proyecto que debía hacer con Bambam, pensé en sus dibujos y pensé en que Jaebum cumplía con la característica que nosotros buscábamos. Lo observé un poco más y entonces su expresión cambió de total molestia a una más suave y una ligera, una sonrisa apareció en sus labios.

― ¿Tan atractivo soy? No me vayas a desgastar, por favor.

Negué con la cabeza mientras reía en voz baja.

― No, no lo eres. Pero estaba pensado en que eres perfecto para...

― ¿Ti?

― ¿Es que nunca dejas hablar a la gente? ―reí y el hizo lo mismo.

― Bueno dime, te escucho.

Le conté a Jaebum acerca del proyecto que teníamos y de la sesión fotográfica. Resultó ser que el mejor amigo de Bambam era Yugyeom y que ese amigo de Yugyeom, era Jaebum.

― Entiendo si no quieres hacerlo ―dije anotando algo en la hoja de mi carpeta.

― Lo haré.

Mi mirada se clavó en él apenas pronunció esas dos palabras.

Genial, ya teníamos modelo.

― Con una condición.

Tenía que ser. Este chico definitivamente no lo hacía por ayudar, por supuesto quería algo a cambio.

~

¡Hola!

Aquí les dejo el capítulo seis, espero que les haya gustado.

¡Gracias por leer!

Su🌙

fool |j.b|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora