Capítulo 4

23.1K 2.2K 169
                                    


Fuiste tan efímera. Estuviste en mi vida por un periodo tan corto de tiempo pero tu  nombre se tatuó en mi corazón para siempre”

//////////////////
ISABELLA HUDSON.
¡Caled me defendió!

Es la primera vez en años que alguien me defiende de los maltratos e insultos de Edward y su hermano Daniel quien no es más que un muñeco que se deja manejar por él. Son mis primos por parte paterna, hijos de mi tío; el Lord Brandon Richard Hudson, hermano menor de mi padre.

Al regresar a la casa, pasé por la puerta trasera de la cocina; la cocinera me mira con lástima al ver ni vestido sucio por la tierra y sigue con su trabajo, salgo de la cocina dispuesta a volver a mi habitación. Subo deprisa las escaleras y voy a resguárdame en mi habitación. Mi vestido se volvió un asco, se ensucio de tierra, mi tía de seguro no me perdonará por haber estropeado tan bonito regalo. Intento respirar tranquilamente.

— ¡ISABELLA! —El grito de mi madre me asusta— ¡Abre esta puerta Isabella!

Me  acerco temblorosa, abro la puerta y ella entra de golpe haciendo que me lastime los dedos.

—Madre... ¿Por qué estas así? —Ella me jala de los cabellos — ¡Ay, madre! ¡Esto me duele!

Me agarraba tan fuerte de los cabellos que pareciera que me los quería arrancar, intento hacer que me suelte pero es inútil. Me tira contra el piso y no puedo evitar llorar.

— ¿Por qué...?

— ¡Y todavía lo preguntas niña estúpida! ¡Te parece poco salir a verte escondidas con un muchacho que es mucho mayor que tú!  —grita colérica.

—Madre eso no es verdad, yo no... —voltea mi rostro de un golpe.

—¡NO ME MIENTAS ISABELLA! —mi mejilla arde por su fuerte cachetada —Edward me lo contó,  dijo que te estabas viendo con un muchacho afuera de la casa ¡A plena luz del día! Creía que eras una inútil pero veo que he estado criando a una... Una... No tengo el estómago para decir palabra más vulgar y sucia, si antes te tenía un mínimo de compresión ¡Ahora eso se acabó! Tú no saldrás más de esta casa ni de esta habitación y ni se te ocurra salir para seguir viéndote con ese muchacho o hare que tu padre te castigue como te mereces.

Sale de mi dormitorio y me quedo en el mismo lugar con mi mano sobando mi mejilla hinchada, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, nublando mi vista. Abrazo mis piernas.

—¡Ya no puedo más! ¡¿Cuándo se va a acabar esto?!... Yo nunca he hecho nada malo, solo he querido ser perfecta para que me quieran —alguien entra y oculto mi rostro.

“¡Madre regresó a castigarme!”-pensé asustada.

—¡Isabell, mi niña! —Es la tía Annie, siento como sus brazos me rodean.

—¡Yo no he hecho nada malo tía! —respondo con la voz ahogada por el llanto.

—Te creo Isabell... Pero ese desagradable inepto de Edward sabe cómo jugar con las palabras.

—Mi madre ya no me tolera, nunca hago nada bien y siempre soy la que hace las cosas mal. ¡¿Por qué me odia tanto?! ¡Hubiera sido mejor que yo no hubiera nacido tía!—ella  me abraza más fuerte.

—Mi hermana solo esta resentida por el pasado... Zara hace mucho estuvo enamorada, tanto amaba a ese hombre que estuvo a punto de casarse pero mi padre cambió de opinión al último segundo y la obligó a casarse con tu padre. Mi hermana siempre dejó entendido que por el Lord Hudson no sentía ni la más mínima simpatía... Estuvo a punto de escaparse con su enamorado.

©El Hijo de la Bestia. SERIE: Galanes Imperfectos "1"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora