Epílogo

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Tres meses más tarde...

— ¿Casi terminas las zanahorias?

Ryeowook vio la pila de color naranja en la tabla de cortar. Se suponía que debía cortar las zanahorias en trozos diagonales de dos centímetros. Cuando había visto a Madamme Park hacer la receta en la televisión, sus zanahorias habían salido en piezas perfectamente simétricas. Las suyas parecían masacradas.

—Um...estoy en eso.

Él y Yesung estaban en la cocina del departamento de dos dormitorios que compartían con Kang en las afueras del campus de la Universidad de Artes de Seúl. Desde los sándwiches de mantequilla de maní y mermelada en el picnic el verano pasado, Wook había decidido a aprender a cocinar. Había aprendido a hacer pollo frito, pero el hombre no podría vivir solo de pollo frito, por lo que había empezado a experimentar con otras recetas. En la que estaban trabajando era la versión de Madamme Park de carne bourguignon.

Jongwoon, tenía una facilidad natural para la cocina que Wook sabía que nunca poseería, él tenía en el horno los cubos de carne que había comprado específicamente para esta receta. El pequeño ya había estado trabajando en el medio kilo de zanahorias durante veinte minutos. Cortar no era su especialidad. Realmente, nada relacionado con la cocina era su especialidad.

Si algo le tomaba a Ryeo una hora, casi seguro que Yesung podría hacerlo en la mitad de tiempo.

Una risa repentina a su lado hizo que el castaño levantara la vista de la zanahoria que estaba cortando. Yesung, quien ahora tenía el cabello de un color rubio platino, había llegado aparentemente a ver cómo iba, y estaba mirando la pila de zanahorias mutiladas con una expresión entre la diversión y la consternación.

—¡Oh, Dios mío! ¿Qué hiciste con ellas?

Wook miró el lío de nuevo y se mordió el labio.

—No tengo idea.

Yesung dio otra risa ahogada y extendió la mano para tomar el cuchillo.

—¿Por qué no me dejas terminar?

—Sí, tal vez eso sería lo mejor. — dejó el cuchillo y dio un paso atrás. Vio cómo el mayor expertamente cortaba el resto de las zanahorias -en perfectos trozos diagonales, por supuesto-, y sacudió la cabeza con consternación.

—Parece más fácil cuando tú lo haces.

—Tal vez debería hacer todos los cortes de ahora en adelante —dijo Yesung mientras hacía rápido el trabajo con la última zanahoria—. Tú puedes manejar la carne.

—No sé. ¿Recuerdas que la quemé la última vez?

—Oh, sí. Lo recuerdo. — se rio—. Así que tal vez deberías sentarte y verme cocinar. Puedes ser mi apoyo moral.

El pequeño frunció el ceño.

—Pero me gusta cocinar contigo.

Ye sonrió.

—También me gusta. Aunque siempre tenemos que tener un plan de seguridad.

Wook rodó los ojos y arrojó un pedazo de zanahoria a la cabeza del más alto.

—No soy tan malo.

—Uh huh. —Ye tomó la tabla de cortar y la colocó sobre el mostrador cerca de la estufa. Entonces miró de reojo a Ryeowook—. Ven aquí.

A pesar de las bromas sobre sus habilidades de cocina, fue. Entrelazó sus brazos alrededor del cuello de Yesung y lo jaló para un beso lento.

—No importa si eres un mal cocinero, Wook —murmuró el mayor contra sus labios—. Tus besos me compensan por eso.

El menor se carcajeó.

—Soy un mal cocinero. Pero creo que debes de ser castigado por decirlo en voz alta. No hay besos por una semana.

—Si retienes los besos, yo me reservo las mamadas.

—No es justo.

Yesung sonrió.

—De todos modos, como si pudieras pasar un día sin besarme.

—Es cierto —dijo, y jaló a su ahora novio hacia abajo para otro.

El olor de la carne quemada finalmente los separó. Ryeowook apagó la llama bajo la olla y se quedó mirando el carbonizado contenido por un momento, luego miró a Jongwoon.

—Supongo que es algo bueno siempre tener un plan de seguridad, ¿huh?

El mayor sonrió y se encogió de hombros.

—Supongo que si.

Ryeo miró alrededor a todos los ingredientes que aun estaban en el mostrador. Parecía que la receta tendría que esperar para otro día. No podrían hacer carne bourguignon sin carne. Miró a Ye a los ojos y arqueó las cejas.

—¿Burger King?

Yesung enganchó un dedo en una de las presillas de los jeans de Ryeowook y lo jaló más cerca. El pequeño sintió la dura longitud de la erección del ahora rubio, su novio, contra su cadera.

—Eso está bien —murmuró Yesung besando el cuello de Ryeowook—. Pero después

Wook gimió e inclinó la cabeza hacia atrás para darle más acceso.

—Sí. Después.

— Te quiero mío — añadió el mayor.

— Soy tuyo desde hace tiempo, amor —expresó el menor besándole la punta de la nariz. —Te amo.

Eso era lo que sentía desde sus jóvenes 13 años: amor. Ahora estando con Jongwoon todo se completaba...su historia de amor estaba finalizada.

— Te amo también, Ryeowook.

Palabras que una vez el más pequeño hubo imaginado ahora se concretaban. Era el destino el que les había unido para nunca más alejarlos.

Juntos, por fin. Deseando un futuro que no les viera por separado.




DESEANDO

✨Y se acabó esta hermosa historia, espero que les haya gustado la adaptación. Gracias a cada una que votó y a las que se tomaron el tiempo de comentar. Nos leemos pronto con el final de Te Dedico Mi Vida ;)

Feliz Navidad adelantada 😁😊😘

DESEANDO ➸ YewookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora