Nací el 21 de Julio de 1828, fuí el sexto de mis siete hermanos, éramos una familia adinerada y famosa, claro, hasta que los queme a todos.
Mi madre procuraba que fueramos alguien importante, quería que nos conocieran como una destacada familia. Mi hermano mayor erá un gran artista reconocido por muchos y amado por las mujeres, el segundo era un escritor, también había un panadero, un zapatero, un modista, y estaba Paulino un bueno para nada, él erá la decepción de la familia, pues no había adquirido ninguna habilidad. También estaba yo, el futuro médico de la familia y por último, Hilen, la maldita zorra que se robó el amor de mi familia, erá la única mujer y por ello erá la más concentida y admirada por todos, todo lo que hacía estaba perfecto.
Paulino, Hilen y yo éramos los menores, cuando estábamos pequeños Paulino e Hilen pasaba mucho tiempo jugando juntos, mientras yo pasaba el día matando animalillos, me sorprendía ver la variedad de animales existentes y quería conocer a profundo cada una de sus extructuras.
- ¿Otra vez estás con tus estupidos animales?- Me dijo la pequeña zorra en aquel tiempo.
- Estos estupidos animales, son lo único que te salvan a ti.- Le respondo con frialdad.
- ¿Qué quieres decir con eso?- Responde la ignorante.
- Si no los cogiera a ellos de experimento.- Miro a los ojos a la pequeña desgraciada.- Serías tú, mi ratón de laboratorio.
Hilen abre los ojos como platos y sale corriendo, mientras yo, sigo abriendo a la lagartija y me burlo de lo sucedido.
En mi infancia no tenía a muchos amigos, de hecho no tenía ninguno, pasaba mis días imaginando la manera más rápida de matar a alguien, podía ser ahogado, cortar algunas de sus articulaciones, desnucarlo, apuñalarlo, quemarlo, etc.
Para mí la manera más rápida de matar a alguien era ahogado, pero eso le quitaba toda la diversión, mi manera favorita era quemarlos, pues era la más lenta y dolorosa de todas, ponía en los individuos una gran adrenalina que les hacía sentir cada una de sus quemaduras y ver todo lo que está sucediendo.
Toc toc.
Suena la puerta de mi estudio.
- Disculpe señor Macarter, a llegado una invitación. - Me dice mi ama de llaves detrás de la puerta.
-Déjala en la sala, iré allí en un momento.- Le digo a la anciana.
Organizo un poco mi estudio y guardo secretamente mis notas de Anatomía.
Abro mi cajón secreto y, de pronto, observo una muñeca.
Paulino e Hilen siempre se iban a lo profundo del bosque Wayland Wood y una vez los seguí, fuí muy cuidadoso para que no me vieran, pero cuando pararon en un arrollo alguien tocó con cuidado mi hombro, voltie lo más brusco posible, y entonces me encontré con la figura de dos niños desnudos, la niña tenía una muñeca en el brazo y sin pensarlo los asesiné, fue por intuición, fue una de mis primeras muertes. Y desde allí fueron llamados los niños del bosque, los vecinos decían que eran vistos dos niños desnudos en aquel lugar, y la niña buscaba su muñeca pérdida.
Cierro rápidamente aquel cajón, y me voy de mi estudio.
ESTÁS LEYENDO
la verdad de un mundo de mentiras
ContoLa verdad de un mundo de mentiras es una historia que trata de eh... no sé bien de que putas se trata solo léanla, disfrutenla, vivanla ¡Carajo! Sean alcahuetas de su curiosidad y empiecen en este mundo de adicción a los libros.