Sentía esas ganas de salir por la noche, siempre, poder sentir el viento helado chocar con mi rostro, caminando a paso lento hasta llegar a un sitio donde me llegue a sentir cómoda y despejar mi mente por un buen rato. El problema es, la inseguridad que se corre por las calles y mucho mas de noche. No le temía a eso, no le temía a lo que me podrían llegar a hacer mientras estoy distraída, no siento el miedo cuando estoy sola, no lo siento cuando estoy caminando a media noche en las calles, no siento nada, sólo alivio, alivio de mis miedos. Mis miedos están ahí, en mi hogar, en mi cuarto, donde todos mis pensamientos están ahí, torturándome, pero aquí, me siento libres de ellos.
Si mi madre se enterara, de seguro le daría algo. Es comprensible, tener tanto miedo de que la persona que quieres le pase algo malo. Porque yo lo siento, yo siento ese miedo, lo siento por otros, pero no por mí, y nadie lo sentirá por mí a excepción de mi madre.
No le temía lo que podrían hacerme.
Temía a lo que yo podría llegar hacer.