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Sábado 16 de abril del 2016

A la mañana siguiente Jhoan se levantó muy temprano para escribirle a Keila, quería ser uno de los primeros en darle los buenos días así que abrió Facebook. -Hola, buenos días. Espero hayas dormido bien. -escribió el-. Envío el mensaje y esperó a que ella despertara para que pudiese leerlo. Después se dispuso hacer aseo en casa, algo normal de cada día sábado.

Había pasado una hora desde el momento que él envío el mensaje y aún así su amada Keila no se conectaba. -Seguirá durmiendo, después de todo ella ama dormir -dijo y siguió haciendo el aseo-.

Luego de haber terminado con el aseo de la casa, escuchó su celular sonar así que dejó todo a un lado para revisar quién era para su sorpresa solo era un compañero de la universidad preguntando si para el lunes había algún trabajo que presentar, no era ella.

Eran las 9:00 a.m. cuándo ella respondió: -Buenos días -con su típica frialdad-. Jhoan en su interior estaba que brincaba de felicidad ya que por fin la chica con la que tanto hablaba diariamente se había conectado a Facebook. Empezaron a hablar a preguntarse que tal habían dormido y poco más, tan sólo habían dormido.

Keila fue llamada a desayunar por su madre así que él debió esperar un rato más mientras volvía, después de todo hasta hace un rato se levantó.

Luego de que ella volviese se pusieron a hablar pero en ese momento no hablaron de muchas cosas, lo más interesante que se decían es que habían dormido. Jhoan decidió sacar tema de conversación para mantener viva la charla así que: -Te gusta el pan? -dijo con la intención de sacarle una sonrisa al otro lado de la pantalla-.

-Sí, me gusta y a ti? -dijo ella-. -Tambien me gusta -dijo Jhoan sonriendo-. La conversación estaba volviendo a ser interesante gracias al pan.

Minutos más tardes Jhoan decidió preguntarle a Keila si ella tenía a alguna persona a su lado, en pocas palabras si tenía novio. -No -dijo ella-. Dentro de Jhoan todo se estremecía de lado a lado es cómo si le hubiesen dado miles de regalos en uno solo.
Uno de sus grandes temores era que la chica que a él le llamaba la atención ya tuviese alguien en su vida, entonces esta respuesta le llegaba cómo anillo al dedo. Justo lo que el deseaba leer.

Pasado un rato Keila se despidió de Jhoan, ya que debía ir a almorzar para luego irse con unas amigas a un centro comercial. -Hablamos luego, chao -le dijo-. Jhoan solo suspiró y se despidió de ella.

Eran las horas de la tarde y ya Jhoan había almorzado temprano, al no estar la chica con la que anteriormente habló todo el día volvió a encender su consola y jugó un rato con sus amigos. Siempre esperando una notificación en su celular pero hasta ahora no recibía más que notificaciones de YouTube o cualquier otra aplicación. Las primeras partidas las perdió por estar distraído pero ya después de un rato dejó de pensar en el celular y jugó en serio.

Jhoan jugó con sus amigos hasta la noche y aún así ella aún no había vuelto -Vaya chicas, en toda la tarde tendrán que haberse divertido mucho. -pensó-. Cenó, se dió una ducha y fue a acostarse en su cama a esperarla. Aún así aún no volvía, -Quizás ella ya llegó a casa y sólo no tomó el celular -pensó él-. El decidió darle las buenas noches por si ella alcanzaba a leerla: -Buenas noches Kei, espero te hayas divertido hoy, te esperé un buen rato y no volviste, espero mañana podamos hablar un poco más, te extrañe-.

Tropiezo con el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora