Ya es mucho drama

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-¡Acho! ¡Cariño mío! ¡Despertaste, dulzura!- Selma habla suavemente mientras lo sube a sus piernas para acariciarlo.

-¡Elma! ¡Elma!- grita Acho.

-Sí, cariño, soy yo, Selma.

-Ama tá mida- informa Acho, queriendo decir "Mamá está dormida".

-Sí, sí- responde Selma, para luego observar dubitativa a Jess, porque aún no está acostumbrada a la lengua de Acho.

-Dice que su mamá, o sea, Georgia, aún está durmiendo- aclara Jess.

-¡Ama! ¡Ama!- celebra Acho.

-Shh, Acho- vocifera Georgia, somnolienta.-No hagas ruido, que Jess debe estar cansado- agrega, provocando carcajadas de los tres.

Luego de esto, Acho se inclina sobre Georgia para moverla con su patita derecha, hasta que logra despertarla.

-¡Ayy, Acho! ¿Qué sucede? ¿Ya te dio hambre?- reprocha.

Al notar que Jess está acompañado de la muchacha, se levanta espantada de vergüenza, y prosigue a saludarla de lejos, para posteriormente salir a lavarse la cara al arroyo, procurando que no haya nadie a la vista.

-Oh, ¡Qué vergüenza! Lo siento, Selma, pero no sabía que ya habíais despertado. ¿Ya desayunaron?- se lamenta.

-No, no, te estábamos esperando, hermana.

-Oh, bueno. ¡Ven, Acho! ¡Vamos por la comida! De paso dejaremos un rato a solas a los chicos, para que puedan garlar tranquilos.

-¡Ama! ¡Ama!- grita Acho, provocando la risa de Selma y Jess, especialmente de Selma, que jamás en la vida había escuchado hablar a un bilibrambo, y se ha encariñado tanto con el animalito.

Luego de ello, parte Georgia con Acho rumbo a los bosques, en pos de nuevos frutos para comer. Ambos se divierten mientras Acho salta para agarrar y bajar las ramas, mientras Georgia recolecta todo en su canasto. Al notar que el canasto ya está lleno, ella le dice que ya es suficiente y que deben volver a casa antes de que se haga demasiado tarde. De inmediato, Acho libera la última ramita y la sigue por el camino que lleva a su hogar.

-Hey, chicos, ya llegamos- anuncia Georgia desde fuera del albergue.

-Genial, nosotros ya pusimos la mesa- refiriéndose a que ya arreglaron las sillas y ya está todo listo para comer- comenta Jessie mientras le abre la puertecita.

-Muy bien, siéntense los tres y en seguida traigo los frutos- indica.

-No, no, hoy sirvo yo- señala Jessie.- Siéntense señoritas..., y Acho- señala al animalito, a lo que este responde con una mirada genuina y una reverencia.

-Aquí, conmigo, Achito- invita Selma, y durante todo el desayuno Georgia no le quita la mirada de encima porque, pese a que se ha ganado algo de su confianza, no la conocen de hace tanto tiempo como para que le permitan hacer lo que quiera en su casa, y de paso tratar a Acho con tanta familiaridad y confianza.

-Bien, entonces, ¿Hasta cuándo te quedarás, Selma?- pregunta Georgia.

-Oh, lo siento si estoy siendo muy intrusa por llegar y cambiar su rutina de improviso- se lamenta.- Apenas vea que no hay peligro, me iré y os dejaré en paz- asegura.

-No, no, perdón, no quise hacerte sentir mal. Es que nunca habíamos tenido visitas, por eso se nos hace extraño, pero en ninguno momento pretendí insinuar que te fueras. Simplemente esto es nuevo para nosotros, pero puedes quedarte hasta cuando quieras.

-No te preocupes, muchas gracias por acogerme tan bien. Sé que mi llegada fue muy inoportuna, y me disculpo por eso. Y me alegra tenerlos como amigos. Se nota que son buenísimas personas y estoy feliz por haberlos encontrado. Además Acho es un amor, y estoy muy sorprendida por lo bien dotado que está.

-Bueno, chicas, creo que ya es mucho drama. ¿Y si mejor jugamos con Acho? Estoy seguro de que estará encantado por ello- convida.

-Sí, sí, excelente idea, hermanito- consciente Georgia.

-Estoy de acuerdo- confirma Selma.

Pasan unas horas jugando a tirarle la pelota a Acho –la cual Georgia y Jess le han hecho a base de ramas y hojas del bosque-, para que después este la devuelva a cualquiera de los tres.

Al cansarse del juego, los cuatro se sientan en el catre de Jess, y después de recordar las anécdotas divertidas que surgieron en el juego, el chico se pone serio y le plantea a Selma la idea que tiene para planificar su fuga de los brazos de Thorin.

Como es de esperar, cuando lo plantea, deja a las dos chicas en shock, sin saber qué diablos decir. Pero después de meditarlo un poco, Selma dice que quizá no es mala idea, y que con ayuda de ambos, tal vez pueda lograrlo. Además, asegura, Thorin ya no está en edad de perseguir jovencitas, por lo que la lucha pasaría a ser solo con sus ayudantes y la cabrona de su mamá, que se niega a dejar que viva su juventud.

-Yo puedo con los ayudantes- asegura Jess.

-No, hermanito, hasta Acho tiene más fuerza que tú. Te harían papilla- se mofa Georgia.

-Ya verás cómo acabo con ese par de idiotas. Ya no soy tan débil. ¡Mira mi brazo! Ya se está moldeando bien- muestra Jessie, provocando que se ría hasta Acho.

-Ay, hermanito- ríe Georgia.

-No jodas, Geo, si sabes que ya no soy tan debilucho. Bueno, tal vez solo con Thorin, pero de que puedo con al menos ese veterano, puedo- afirma después de meditar un rato.

-Está bien, Thorin es todo tuyo. Con Selma y Acho iríamos por los ayudantes y por la mamá de Selma, que a propósito deberías mostrádnosla, o siquiera ver si puedes decirnos cómo es, para no estar tan perdidos ese día- sugiere.

-Perfecto. Quizá logre convencerla de venir a dar una vuelta por el bosque un día de estos, y ustedes pueden verla desde lejos- planea entusiasmada.

-Sí, sería genial- celebra Jessie, porque al fin podrá ver a la única familiar que tiene su amada por aquellos lares. Entonces, ¿Les parece que nos juntemos el próximo viernes aquí mismo, para entrenar?- pregunta entusiasmado.

-Sí, perfecto, y en un rato espero que me puedan ayudar a volver a casa. Ahí veré qué excusa invento. Y a la noche iré a la biblioteca a buscar algún libro de bilibrambos, como te prometí, Jess. Si tengo suerte, mañana puedo traerlo.

-Genial, para el próximo viernes es perfecto, así tendremos tiempo para prepararnos para la batalla y reunir comida suficiente para ello- complace Georgia.

-¡Batalla! ¡Batalla!- celebra Acho.

-Sí, mi vida, para labatalla- sonríe Selma, no terminando de comprender por qué ha repetido elvocablo <batalla> y no <ello>    

Uno de los guardias personales de Tomy Thorin en multimedia

Acho El BilibramboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora