No estoy fuera

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Fue un día muy cansador, o eso pensó Chaeyoung al llegar a su casa, solo queria tirarse a su cama y dormir.
Preparo agua tibia en su tina para poder darse un relajante baño.

No podía creer aún lo que pasaba con sus amigas, era sobrenatural.

Se puso su pijama y camino hasta su cama metiéndose rápidamente.
Apagó la luz de su lámpara y cerró sus ojos.

Su celular sonó.

-Maldición.-Chaeyoung había dejado su celular en su escritorio que estaba un poco lejos de su cama, lo cual ir a buscarlo significaría tener que levantarse y librarse de todo el calor de su cama.

La castaña quedó mirando el aparato por un buen momento, tenía que ir a buscarlo, ya que podía ser que sus amigas se hayan metido en problemas.

Chaeyoung suspiró y se sentó afirmándose en el respaldo, pestañeó.

El celular comenzó a flotar moviéndose hacia la chica, este golpeó su nariz.

-¡¿Que diablos?!

-¿Chaeyoung, estas bien? -escucho preguntar a su madre.

-¡Si!

Miro nuevamente su celular, este se  encontraba en el suelo.

-Acabo de... ¿moverlo?

Lo miro fijamente, tratando de comprobarlo. No sucedía nada.

-Esto es ridículo. Seguro fue mi imaginación. -volvio a acostarse dándole la espalda al aparato.

A los segundos se encontraba sentada junto al celular mirándolo sin parpadear.

-Vamos... muévete. -Suplicó en voz baja.

Fue solo unos centímetros, pero pudo moverlo nuevamente, y esta vez estaba segura de que no lo había imaginado.

-Tengo... telequinesis ¡Tengo telequinesis! -comenzo a saltar de un lado para otro, olvidando que su familia estaba durmiendo.

Se sentía un poco emocionada ya que no se sentiría excluida de sus amigas, aunque era muy raro que pueda hacer eso.

Tomó su celular del suelo y le escribio a Tzuyu.

"Yo también"

"¿Tú también que?"

"Puedo levantar las cosas sin tocarlas"

"¿Es en serio?"

"Si"

"Aunque aún no se como funciona realmente"

"Acabo de romper la manilla de mi habitación"

"¿Que?"

"No puedo acostumbrarme a esto"

La castaña bloqueo su celular y se acomodó en su cama  para dormir.

Al día siguiente, se levantó un tanto más temprano.

Puso un muñeco en el escritorio y se alejó unos centímetros, suspiró, su mirada se concentró solo en el peludo objeto.

Este se acercó y chocó contra la menor.

Chilló de emoción.

Se vistió con su uniforme y se fue a la escuela.
Todas las mañanas tomaba el metro y está no sería la excepción.

Tuvo suerte de encontrar un asiento vacío entre toda la multitud.
Se relajo en su lugar pensando lo increíble que estaba resultando todo. Primero descubre sus amigas tienen poderes, y ahora ella también los tiene. Parecía sacado de un comic de superhéroes.

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