24 de Diciembre II

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Hasta la mañana del 24 fue a comprar condones aunque estos habían resultado ser más costosos de lo que había imaginado; no los compro antes porque sabía que su madre le escudriñaba la recamara hasta en la mínima mota de polvo, tener condones ahí, sería una muerte segura... miro su cartera por cuarta vez cuando estaba frente a la pastelería; había sobrevivido a comprar condones a esa pelirroja, pero aún faltaba la tarta de nata con fresas que miro cual perrito triste cuando entro y pidió la más pequeña puesto que no le alcanzaba para más. Y que tuvo suerte de conseguir porque estaba con descuento.

La vida resulta ser triste y patética cuando se es un adolecente hormonal.

Al volver a casa lo más pronto que pudo, con la bonita caja de la tarta en sus manos y la de condones en el bolsillo de su chamarra, se encontró con la noticia de que sus padres se irían a pasar noche buena en una cabaña a las afueras de Shingashina.

— ¿No te molesta que te dejemos solo?— pregunto la castaña pasándole a su esposo una maleta de mano

—N-no... No para nada ustedes necesitan divertirse... y -ya soy grande...—Eren escondió la pequeña caja tras su espalda —además— tenía que verse lo más tranquilo posible, sin sus padres en casa tenía el camino libre para salir con Levi sin que nadie preguntara —saldré a ver las luces con Armin y Mikasa— mintió, bueno quizá una parte porque lo de salir era verdad lo que no era cierto es que no lo haría con sus amigos de infancia si no con Levi.

Si, su relación era un secreto incluso para los amigos de ambos. Excepto para Mikasa... la prima de Levi y una de sus mejores amigas, ella fue la primera en enterarse de su propia boca que estaba loco por su primo y aunque no lo tomo tan bien las primeras semanas termino por aceptarlo, así que comenzó a darles privacidad.

—Muy bien Eren...—esta vez hablo el hombre de lentes

—papa lo se lo sé ¡ya se! —se adelantó antes de que su padre siquiera pensara en decirlo pero de todos modos el mayor lo hizo

—Ya sabes las reglas Eren, nada de fiestas ni chicas, aun estas joven como para hacerte responsable de una familia, y aún es muy pronto como para que a tu madre la llamen abuela— le señalo con las llaves del auto a lo que el castaño solo asintió aunque no pudo evitar sonrojarse al recordar lo que Levi le había pedido

—déjalo tranquilo, cariño, Eren se portara muy bien, confía en él, además se nos está haciendo tarde si queremos evitar el tráfico... — la mujer empujo a su esposo para poder llenar de besos las mejillas de su hijo para luego arrastrar consigo a Grisha

—volveremos el martes, no te preocupes— y dicho esto su padre logro despedirse entrando en el auto para momentos después emprender la marcha aunque a los cinco minutos Carla llamo solo para decirle a su hijo que le habían dejado dinero en la repisa.

Eso le recordó a que aún no tenía un lugar al cual llevar a Levi.

La Primera Navidad //ERERI//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora