Un bello regalo

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Levi se encogió en la desordenada cama para tomar la almohada en la que había estado jadeando y gimiendo unos instantes para abrazarla cubriendo con esta su cuerpo, Eren se estaba tardando más de lo que había podido esperar pero antes de que el mayor se siguiera cuestionando vio la puerta abrirse de nuevo asomándose primero por esta un pequeño pastel con fresas sobresaliendo y una tarjeta de chocolate decorada siendo sostenida por una vela encendida, entonces el azabache lo entendió al ver la estúpida sonrisa de su desnudo novio entrando marchando con el pene erguido y con las manos ocupadas sosteniendo el pastel, Levi se había olvidado de su cumpleaños por estar pensando en perder su virginidad con Eren.

Levi trago saliva con un nudo en la garganta al ver a Eren sentarse a su lado poniendo el pequeño pastel frente suyo, miro a los ojos a Eren, este le sonreía, parecía un niño estúpido e iluso, no podía creer como podía gustarle tanto; sus mejillas se sonrojaron a mas no poder al leer la tarjeta de chocolate, era difícil de comprender que en solo esos meses se hubiera enamorado tanto, Eren era especial con él, desde un inicio lo fue

Gracias... Eren...— Levi beso la mejilla del castaño y luego sus labios, pudo sentir de nuevo el sabor de la menta en estos, era pasta dental, el muy idiota sabia cuan quisquilloso era y bien que sabía que no lo besaría después de que tuvo los labios en su culo; él era muy limpio eso estaba claro y aunque se habían besado después de que el castaño eyaculara en su boca lo de hace poco era un nivel muy distinto

El reloj de la mesa de noche sonó anunciando la media noche y sin que Levi lo esperara Eren comenzó a cantarle el "feliz cumpleaños" en perfecto alemán haciendo que el azabache se sonrojara aún más y ocultara su rostro en el hombro de este hasta que la canción finalizo

Pide un deseo Levi...— el nombrado salió de su escondite solo para llevar dos de sus dedos a su propia boca lamiendo el índice y pulgar para llevarlos a la llama de la vela sofocando esta al instante

no hace falta que lo pida... ya lo tengo—Levi murmuro más para sí mismo que para el castaño y llevo de vuelta sus labios a los ajenos ignorando el pequeño pastel de nata. 

La Primera Navidad //ERERI//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora